La comparecencia del consejero de Cultura de la Generalitat, Joan Tresserras, para explicar el estudio de los restos de Pedro III estuvo plagada de errores y manipulaciones, y perfiló una visión torcida de la realidad histórica. Numerosos investigadores critican sus términos.
MARIANO GARCÍA. Zaragoza|29/11/2009
Creo que las instituciones aragonesas tendrían que ser muy duras con lo que ha pasado. No pueden permanecer impasibles ante lo ocurrido". Lo dice Domingo Buesa, medievalista y director de la Academia de San Luis. El jueves pasado, el consejero de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat catalana, Joan Manuel Tresserras, ofreció una rueda de prensa para informar del proyecto para estudiar los restos del monarca aragonés Pedro III 'el Grande'. En sus palabras, entre otros errores de grueso calibre, se refirió con frecuencia a 'Pere II' y a la 'Corona catalanoaragonesa', expresiones que han vuelto a avivar las llamas de una antigua polémica: la de la apropiación en Cataluña de símbolos y elementos aragoneses, desde el Aneto, definido con frecuencia como "el pico más alto de los Países Catalanes" hasta los bienes del Aragón Oriental.
"No se puede faltar al respeto a la Historia de esa manera -subraya Buesa-. Cuando hablan de Corona catalanoaragonesa están mintiendo, esa denominación es un disparate. En la Península Ibérica solo