Los catalanes quieren estar en todas las sopas, empresas, televisiones de España, pero cuidado con opinar sobre nada, absolutamente nada de Cataluña.
Como comprenderán esta forma de pensar, vivir y de relacionarse lleva incubado un germen de conflicto.
Y está llegando, llegará del todo, de forma innegable y producirá chispas.
Ellos catalanizan, sobre todo a los baleáricos y a los valencianos. Oyen la palabra españolizar y chillan como la niña de El Exorcista.
A mi no me extraña ¿y a ustedes?
Miren esta reliquia de la gran manipuladora Julia Otero