miércoles, 27 de junio de 2012

Prosigue el atosigante adoctrinamiento catalanista a pesar de Bauzá

Hoy puedes leer en  Notas de un fenicio mi artículo: Fugaz visita del fenicio sentimental. 


También en Diario de Ibiza.

El primero de una serie sobre la actualidad cultural o descultural o incultural o contracultural de Ibiza. ¡Qué tiempos, mamá, qué tiempos!




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Política en las aulas
María Esther Medina



¿DE qué se están alimentando nuestros hijos en los colegios de Baleares? ¿Quién dirige el constante adoctrinamiento totalitario?

SI ALGUIEN ha creído que hoy día las aulas públicas están libres de adoctrinamiento político e ideológico, obnubilado quizá por las bondades del gran trecho existente entre la asignatura franquista de Formación del Espíritu Nacional y la más reciente de Educación para la Ciudadanía, déjenme decirles que podría estar equivocado.
Cuando un contenido se da en forma de asignatura reglada, éste es explícito y por tanto, medianamente controlable. Harina de otro costal es la ideología política que imparten ciertos docentes. No han olvidado que la Mano  que mece la cuna es la mano que mueve el mundo y han hecho de su capa un sayo convirtiendo las aulas en plataforma desde la que moldear a su inmaduro y agitado auditorio  excediéndose
en su papel de educadores, llegando incluso a suplantar a los propios padres.
Entre los del lacito con la bandera catalana y los de la camiseta del «prou retallades», el panorama es poco alentador. Con todo lo loable que es tener una opinión sobre temas que afectan directamente al ejercicio de tu profesión y lo lícito que es defender aquello en lo que crees, el usar como herramienta para ello a menores de edad en masa, sin contar con sus progenitores y en horario lectivo, es un privilegio del que nadie con un mínimo de sentido ético debería hacer uso.
Valga decir que es muy molesto ver incrementado tu horario laboral, doloroso ver mermado tu sueldo, incómodo tener que cubrir turnos de antiguos compañeros ahora desempleados.
Bien lo saben algunos trabajadores de la empresa privada que sin embargo han preferido omitir el empeoramiento de sus condiciones laborales ante sus propios hijos para no causarles preocupación y que al contrario que algunos docentes jamás implicarían en sus reivindicaciones a los hijos de los demás.
Pero, ojo, resulta que los profesores no reivindican intereses personales, solo luchan por la calidad de la enseñanza, te dirá algún alumno. ¿Tanta calidad había cuando había dinero? ¿Cuando la hay es mérito de los recursos y no del profesorado? ¿Enseñan peor desde que cobran menos? Los medios ayudan pero el nivel lo dan los profesionales.           
No nos engañemos, cuando un profesor se pone enfermo y no se le sustituye, el adolescente da saltos de alegría. Para adherirlos a su causa no inciden en lo que puede suponer un verdadero problema, como no cubrir las bajas del profesorado, sino en lo que más duele al alumno: el posible uso de sillas con tablilla en lugar de pupitres o la masificación de las aulas, cuando los centros que copan los primeros puestos de Baleares siempre habían tenido alrededor de 40 alumnos por clase. Lo que había entonces era potestad y respeto para el profesorado,medios no materiales para los cuales no hace falta financiación sino decisión.
Inocente aquel que cree que el que calla otorga. Más de un padre ha apoquinado el importe de la camiseta por temor a que cayera algún suspenso extra y algún otro ha elegido para sus hijos el catalán como primera lengua de escolarización sin desearlo, a sabiendas de que abunda el profesorado catalanista gobierne quien gobierne, y temeroso de que en menos de cuatro años dé la vuelta la tortilla electoral y sus hijos se vean perjudicados. Que repartan banderitas catalanas en lugar de la propia de nuestra isla ya ha sacado a más de un padre de quicio.
Si ésta es la educación pública que  algunos defienden, menos mal que aún nos quedan la concertada y al que pueda permitírselo la privada, además de, cómo no, multitud de verdaderos profesionales en la enseñanza pública que ejercen su labor con empeño y especial dedicación. Éstos son los que saben hacer uso de los recursos cuando los hay, los que los merecen y que aun así se esmeran cuando carecen de ellos.


María EstherMedina es pedagoga
Articulo leído en El Mundo, 22 de junio 2012, Vía Artá Mallorca