La agencia Método 3 que espió a una comida de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, con María Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, celebrada en septiembre del 2010, está implicada en la Operación Pitiusa, una red que extraía ilegalmente bases de datos de la Administración, cualquier ciudadano o empresa, y traficaba con ellos. Esa operación fue su ruina: hoy la agencia, que tenía el domicilio social al lado del restaurante donde fue espiada la política catalana, está cerrada.
El 12 de diciembre del 2011, un escueto SMS llegaba al teléfono de Tomás Ripoll. “Juan Carlos P.G. (...) [DNI] 011....”, decía el texto. Minutos más tarde, otro SMS era enviado con otros datos: “José María G.F. (...) [DNI] 317(...) Queremos la larga excursión”. A lo largo de la jornada, cuatro SMS llegaron al teléfono de Tomás. La remitente era Elisenda Villena, jefa de servicio de la agencia de detectives Método 3. Y Tomás era uno de los cerebros de una red de espionaje con ramificaciones en toda España que estaba siendo vigilada por la Policía, que conseguía datos confidenciales de cualquier ciudadano o empresa. El 17 de diciembre, el intermediario le devolvía los mensajes. “Confirmadas las excursiones y también Mari Paz M.R. (...) [DNI] 504(...) y esta otra Marta V.M. (...) [DNI] 108(...) que nada más hace la excursión corta. Dame OK”, decía la contestación.
Lo que quería la investigadora privada era historiales laborales, información que Ripoll se encargaba de extraer ilegalmente de las bases de datos de la Administración mediante su red de contactos. La “excursión larga” se refería a todos los datos que obran en poder de la Seguridad Social sobre la persona en cuestión.
Elisenda Villena fue detenida posteriormente, en el marco de la Operación Pitiusa, y puesta en libertad con cargos, acusada de revelación de secretos por haber utilizado datos obtenidos ilícitamente.
Su nombre ha vuelto a salir a la luz ahora, tras descubrirse el espionaje a Sánchez-Camacho en el restaurante La Camarga de Barcelona. La líder del PP y su acompañante fueron grabadas mediante un micrófono oculto en la espuma de un florero que los camareros pusieron encima de la mesa.
Algunos medios apuntaron inmediatamente al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) como el beneficiario de estas escuchas, aunque el exsecretario de Organización, José Zaragoza, lo negó rotundamente y anunció que sus abogados trabajan en la confección de una querella criminal por estas acusaciones. El propio líder del PSC, Pere Navarro, aseguró que su formación nunca había encargado investigación alguna a Método 3, aunque Zaragoza le desmintió minutos más tarde, al admitir que sí había encargado cuatro trabajos a empresas del grupo de la agencia, ninguno en las fechas en que Sánchez-Camacho fue grabada.
El PSC, según ha podido confirmar este diario, había encargado a la compañía Tecnologic Gratis varios barridos en su sede y una investigación sobre la seguridad de la misma. En el 2011,Tecnologic Gratis cambió su nombre y pasó a denominarse Clarte Business Consulting, aunque su objeto social continuó siendo el mismo: actividades de consultoría informática. “No cuadran algunas cosas, aunque tenemos reservas en cuanto a quién encargó el espionaje. Sabemos que los socialistas pagaron miles de euros al grupo de Método 3 que no se corresponden con unos simples barridos y esperamos que lo aclaren”, señalan a El Confidencial fuentes populares.
Las extrañas conexiones
Pero hay interesantes conexiones de la agencia con los socialistas. Ana, una hermana de Elisenda, trabaja en los servicios jurídicos del PSC. Su despacho oficial coincide también con el de otra hermana, Carina Villena, detenida, asimismo, en el marco de la Operación Pitiusa. Carina, igual que su hermana detective, era cliente de Tomás Ripoll, el intermediario en el tráfico de información confidencial.
Antonio Fernández _Barcelona
Fuentes de la agencia de detectives señalaron a El Confidencial que sus propietarios “no hacen declaraciones sobre este tema”. Pero de lo que no hay duda es de que tanto la jefa de servicios de la agencia, Elisenda Villena, como su propietario,Francisco Horacio Marco, conocían muy bien el restaurante donde se efectuó el espionaje, ya que la sede de su empresa estuvo al lado del mismo y comían allí “tres o cuatro días a la semana”.
Pero la implicación en la Operación Pitiusa fue el principio del fin. A partir de entonces, Método 3 entró en barrena y terminó despidiendo al personal y cerrando sus puertas en otoño pasado. La liquidación fue encargada a Joaquín Dillet, un especialista en finiquitar empresas. El nombre de este liquidador aparece frecuentemente en sentencias judiciales.
En el año 2005, el juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Utrera ya le consideró en situación de “rebeldía procesal” tras la demanda de una empresa que reclamaba dinero. En 2006, el juzgado de lo social número 1 de Madrid le daba también “en ignorado paradero”, ya que las empresas que él liquidaba dejaban regueros de deudas. En el año 2010, el juzgado mercantil