Nadie diría al ver esta foto que hoy llevaba El Periódico en su portada, que el señor de la foto esté pasando uno de los mejores momentos de su vida, en el adviento de un tiempo nuevo en que por fin va a poder encabezar aquello para lo que ha sido llamado: la marcha del poble català hacia la independencia. ¿Se imaginan ustedes a Moisés con esa cara después de su charla con la Zarza en el Horeb? Se le quedó el pelo blanco, sí, pero
traía un aura, una cosa que revelaba el transporte místico.
traía un aura, una cosa que revelaba el transporte místico.
Este pobre hombre lleva escrito el sufrimiento en cada arruga, lo está pasando mal, sabe que ha asumido una tarea para la que no está dotado intelectualmente ni está asistido por los votos de sus paisanos y para la que carece de herramientas legales. Sin embargo, ahí está su férrea determinación, aun a riesgo de romperse la crisma. Observen el titular de El Periódico: ‘El Plan Mas’, un recurso periodístico para emparentar su empeño con el Plan Ibarretxe, que el lehendakari de los vascos encabezó durante tres años, hasta que lo tramitó como reforma del Estatuto de Autonomía y no fue admitido a trámite por el Congreso en febrero de 2005.
Ojo con las comparanzas. Ibarretxe y su plan fueron objeto de concienzudo seguimiento por mi parte y debo decir que intelectualmente hablando, Ibarretxe era jatorra, pero que comparado con Artur Mas parecía Gladstone.
Si se fijan en los epígrafes en la izquierda de la portada, verán que uno de ellos dice: “Consulta de autodeterminación, bajo algún marco legal, en 2014″. Bajo algún marco legal. Enternecedora voluntad de someterse a la ley, contra lo que murmuran de él los españoles. ¿Y qué ley, si puede saberse? El marco español no lo permite, así que optará por elaborar uno catalán que contemple el derecho de autodeterminación para las CCAA, o más concretamente para Cataluña, no vayan a creer que pretendemos legislar en aquello que no somos competentes.
Le hago reparar, admirable president, que sus adversarios van a descalificar su argumento diciendo que esa ley de consultas catalanas será inconstitucional. Bien. Será inconstitucional respecto a la Constitución española de 1978, pero en cambio, será rigurosamente constitucional si escogemos un marco legal favorable, que no sea tan anticatalán. Por ejemplo, la nueva Constitución etíope de 2004. Es verdad que ésta no la han votado en Palafrugell o en Cornellá, pero todo puede arreglarse, si convocamos una consulta catalana para que los suyos voten la Constitución etíope en referéndum.
También podemos basar la consulta en leyes españolas favorables. Un suponer: la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Pero en es ley no se habla para nada de referendo catalanes, dirán los españoles y entonces los suyos podrán argumentar los mismo que ante aquella falacia de que el Tratado de la Unión Europea no dedicaba un solo artículo a regular la permanencia como nuevos estados miembros a partes que se hubieran secesionado de un Estado miembro: Tampoco dice lo contrario.