Prohibición del castellano
'Algunos niños se esconden en el patio para hablar castellano y que no les castiguen'
- Denuncian reprimendas y castigos a alumnos del CP Puig de Na Fàtima
- El PP municipal ha instado a la Conselleria de Educación a investigar los hechos
M. es madre de dos niños de entre siete y once años que estudian en el Colegio Público Puig de Na Fàtima de Puigpunyent. La pequeña, como la madre, se expresa habitualmente en catalán, mientras que el mayor prefiere hacerlo en castellano al igual que su padre. En su casa cada uno habla como quiere, cosa que, denuncia M., no pueden hacer en la escuela, donde según le han asegurado los propios críos en el curso pasado se reprendió e incluso se llegó a castigar a alumnos por hablar en castellano en clase o durante el recreo.
Según explica M. –que prefiere mantener su nombre y el de su familia en el anonimato por miedo a represalias contra sus hijos–, ella misma fue testigo por casualidad de como algunos niños se llegaban a esconder en el patio para hablar en castellano sin miedo a reprimendas. "Pasé por delante del colegio durante el tiempo de recreo y a través de la verja vi a cinco o seis niños en un rincón de la parte trasera del gimnasio. Les pregunté qué hacían allí y me respondieron que se escondían para poder hablar en castellano".
Quien relata estos hechos es una de los padres y madres que denunciaron esta situación a la agrupación municipal del PP después de no haber conseguido nada entrevistándose con la directora del centro, la cual "nos lo negó todo".
La agrupación popular, encabezada por Antonio Deudero, presentó un escrito de denuncia en su nombre ante la Conselleria de Educación del Govern instando a este departamento a investigar estos hechos y el "adoctrinamiento político" al que se somete a los estudiantes.
Entre los padres que se han quejado se cuentan varios de nacionalidad extranjera, algunos de ellos sudamericanos y con hijos que en casa se expresan habitualmente en castellano. "Muchos de ellos están hartos y planean cambiar de colegio como han hecho otros", explica M. para añadir que las charlas en castellano no solo se castigaban con sermones.
Su propia hija toma la palabra para asegurar que un día vio como dos compañeros se quedaban sin recreo por ese motivo. Al preguntar por este hecho a la directora, no obstante, ésta respondió que el castigo se había producido por otras razones.
M., por su parte, no tiene dudas. A quien cree es a sus hijos y según afirma, las reprimendas o castigos no han sido cosa de un día. En la clase del mayor, explica, un profesor aseguró a los alumnos que solventarían sus evaluaciones "con todo suficientes" de no seguir la pauta.
Míriam, una conocida de M. con dos sobrinos –de nueve y seis años respectivamente– en el CP Puig de Na Fátima, asegura que el mayor también ha tenido problemas por expresarse en castellano en el patio dela escuela. M. afirma que tomaron la decisión de comunicar el caso al PP al comprobar que la Asociación de Padres y Madres "no estaba muy por la labor" de denunciar estos hechos.
Por otro lado, ninguno de los padres que se han quejado, afirma, tiene conocimiento de que esta situación se hubiera producido en años anteriores. "Todo empezó el curso pasado. No se por qué pero hubo un cambio".
EL MUNDO