miércoles, 18 de abril de 2012

El dinero del catalanismo: una voracidad insaciable

 El entramado del catalanismo ha creado una auténtica industria de empleos, una gran agencia de colocaciones. El siguiente reportaje de A. Fernández (El Confidencial) es la última muestra entre cientos.
En Ibiza los ayuntamientos y el Consell han regado generosamente varias instituciones, actos y obras del catalanismo. Mucho más en Formentera, que parece una sucursal de cualquier ciudad de Catalonia. Formentera es sin duda el ayuntamiento más despersonalizado de las Pitiusas, ya está casi plenamente catalanizado.
Con la llegada de la crisis ya saltan los primeros alaridos victimistas. Más saltarán.



El chollo de hablar catalán en Valencia: Eliseu Climent recibió casi 12 millones en sólo 5 años




A. Fernández (Barcelona) 08/04/2012  
Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y el editor valenciano Eliseu Climentdebe de tener muchos tesoros, a tenor de los amigos de que disfruta en las instancias del poder. Esos amigos le han servido para embolsarse una lluvia de millones de euros para promocionar el catalán más allá de las estrictas fronteras de Cataluña. Desde el año 2006 a finales del 2009 recibió casi 9 millones de euros de las arcas públicas de la Generalitat catalana, pero eso sólo a través de una de las entidades que controla: la Associació Cultural del País Valencià (ACPV). Porque si se tienen en cuenta otras asociaciones en las que participa y que maneja a su antojo, la cifra se dispara hasta más de 11 millones en sólo un lustro.
El Gobierno catalán ha sido tradicionalmente generoso con este editor. Para empezar, incluso le
pagó el emblemático edificio El Siglo, en la capital del Turia, para que lo hiciese sede de su conglomerado de organizaciones dedicadas a promocionar todo lo catalán. El expresidente Pasqual Maragallfue quien empezó a concederle ayudas para comprar: poco antes de dejar su cargo, a finales del 2006, le entregó una primera partida de 535.319 euros a través de ACPV y de la Institució Cívica i del Pensament Joan Fuster. Poco después, el Gobierno volvió a hacerle un donativo de 1.278.310 euros. Y, finalmente, en el segundo trimestre del 2008, recibió otros 3.220.732 euros.En total, pues, más de 5 millones de euros para la compra del edificio.

Un buen pellizco, sin duda, aunque las ayudas públicas recibidas son mucho más cuantiosas: su nombre apareció en los docuemntos intervenidos en el Ayuntamiento de Santa Coloma con motivo de la Operación Pretoria y el juezBaltasar Garzón ordenó entonces un informe sobre las ayudas recibidas por Climent. A raíz de esta orden, la Guardia Civil se puso manos a la obra y acabó descubriendo que Climent y su esposa, Rosa Raga, están vinculados a 17 organizaciones que han recibido más de 15 millones de euros de las arcas públicas catalanas entre el 2002 y el 2009.
Una intrincada red de organizaciones
La mayoría de estas organizaciones son fundaciones y asociaciones en teoría sin ánimo de lucro. Sin embargo, se investiga el segundo escalón de esta intrincada red: la facturación a esas fundaciones por parte de empresas mercantiles participadas y controladas por el matrimonio.
ACPV, evidentemente, se lleva la parte del león. Periódicamente, recibe cientos de miles de euros como subvención de la Generalitat catalana para “promover la lengua y la cultura catalanas” en Valencia. Cada partida destinada a los gastos de funcionamiento de ACPV se sitúa alrededor de 500.000 euros.

Climent también controla el semanario El Temps, cuya editora, Edicions del País Valencià, ha sido mimada por la Generalitat catalana, que niega ayudas a prensa local en catalán crítica pero que abre el grifo cuando se trata de premiar al editor valenciano: desde el 2006 al 2010, el semanario recibió más de 2,2 millones de euros en ayudas públicas, que si se suman a los de ACPV, sobrepasan los 11 millones de euros en tan sólo un lustro.
El Temps, sin embargo, no sólo ha recibido fondos públicos a través de su editora, ya que el Ejecutivo catalán ha llegado a insuflarle 150.000 euros para “su funcionamiento, sus coleccionables y sus suplementos” a través de la Xarxa d’Entitats Cíviques i Culturals dels Països Catalans al mismo tiempo que le daba 430.000 euros para el fomento de la lenguay la cultura catalanas a través de la editora. Incluso la consejería de Interior llegó a concederle a ACPV 100.000 euros para la ”edición de los fascículosGuerra, Franquismo y Transición”.

El mantenimiento de El Temps le ha resultado extremadamente fácil a Climent. Primero, porque desde varias consejerías se le extendieron contratos para la suscripción de ejemplares: la de Educación recibía anualmente 610 revistas por las que pagaba más de 76.000 euros. Y Gobernación cotizaba más de 143.000 euros por 987 suscripciones. Además, la consejería de Universidades le dio 90.000 euros en el año 2006 para crear uana sección de Ciencia y Tecnlogía. En el 2008, el departamento de Innovación, Universidades y Empresa le dio otros 65.000 euros para financiar esta sección, mientras que Educación aportó 75.000 euros para los "gastos de producción del suplemento Tiempo de Historia" y casi 26.000 euros por el "aumento de gastos de la sección de Historia y Sociedad". El semanario también ha venido recibiendo periódicas subvenciones (que sobrepasan los 200.000 euros) para la digitalización de su fondo editorial y gráfico y para la realización de suplementos especiales, como una “edición de fascículos para dar a conocer los lugares históricos de Cataluña relacionados con Jaume I”, por los que recibió 40.000 euros.
Eliseu Climent también controla otras organizaciones, como la Fundación àusias March o el Instituto Internacional de Estudios Borgianos. Y, a través de la ACPV, gestiona los casales Jaume I, que se encuentran diseminados tanto en la Franja que separa Cataluña de Aragón como en el sur de Francia. La principal misión de estos casales es difundir la historia, la cultura y la lengua catalana, que se han convertido, de este modo, en un rico filón del que sólo unos cuantos avispados sacan provecho.

El Confidencial
Foto: Eliseu Climent (EFE)