sábado, 11 de junio de 2011

«La única preocupación de los arzobispos de Tarragona era la de recaudar»

María Lena Mateu, el obispo Vicente Juan Segura, Francesc Xavier Torres Peters, Juan Ripoll. (Foto Ultima Hora, I. G. Ruiz)


Francesc Torres Peters publica un exhaustivo estudio sobre la relación feudal del Arzobispado de Tarragona con las Pitiüses



Laura Tur - Última Hora Ibiza

Francesc Torres Peters presentará hoy, a las 20,30 horas en la sala de plenos del Consell d'Eivissa, junto al conseller de Cultura en funciones, Marià Torres, y el historiador Antonio Ferrer Abárzuza, su último libro. El responsable del Patrimonio Eclesiástico de las Pitiüses obtuvo, en 2007, el Premi Vuit d'Agost por la labor de investigación que ha recogido en el libro El capbreu dels arquebisbes de Tarragona Gonçal Ferrandis d'Hixar y el cardenal Domènec Ram (1433-1437), que pretende constituir una herramienta de trabajo para historiadores e investigadores en la que pueden encontrar la información ordenada de manera sistemática y fácilmente accesible. «La voluntad de publicar este trabajo es divulgar y aportar un poco de luz sobre una época, la del siglo XV, sobre la que hay muy poca documentación en Eivissa», señala el religioso.
-¿Qué es un ‘capbreu'?-Un ‘capbreu' es una lista, un registro de propietarios que tenían una serie de posesiones, ya sean urbanas o rurales. En ella se especifica lo que debían pagar, de manera anual, al dueño supremo de todas esas propiedades. El sistema feudal ibicenco consistía en que el señor concedía una propiedad a una determinada persona que la explotaba como si fuera suya y, simplemente, tenía que pagar un impuesto anual o, en caso de las propiedades rurales, un diez por ciento de la cosecha. Estos propietarios, a su vez, podían alquilar la propiedad, venderla o cedérsela a un ‘majoral'. Sin embargo, el dominio supremo era siempre del señor feudal, que en este caso era el arzobispo de Tarragona.
-¿Por qué impulsaron este registro?-A un encargado de Ferrandis d'Hixar, arzobispo de Tarragona, se le ordenó la labor de elaborar estos ‘capbreus' y, tras su muerte, lo continuó Domènec Ram, su sucesor. Estos arzobispos jamás estuvieron en Eivissa. Ellos aquí tenían sus procuradores o funcionarios y su única preocupación en este caso era la de recaudar los intereses de sus propiedades. La relevancia de ambas figuras viene determinada por el número de posesiones que tenían en las Pitiüses. Literalmente, eran los dueños de media Eivissa y Formentera. Eivissa era una parroquia más de la diócesis de Tarragona tras la conquista de 1235.
-¿Los ‘capbreus' son fuentes de información acerca de otras disciplinas?-Son una fuente de información social, sobre todo. También son ricos en topónimos, por lo que son, a su vez, de alto interés territorial. La mayoría están escritos en un latín muy malo, con algunos fragmentos en catalán.
-¿Cómo era la parroquia de Eivissa en esa época en la que se redactaron estos registros?-Es interesante porque, una de las conclusiones que se aprecia en estos ‘capbreus' es la llegada de gente nueva a la Isla. A veces la gente piensa que el repoblamiento de la Isla se había producido en el siglo XIII y que hubiera parado, pero no. En estos documentos se aprecia que sigue llegando gente, sobre todo de Catalunya; encontramos apellidos nuevos, familias nuevas, gente que se instala, gente que ha vendido. Por lo tanto, se aprecia un cierto movimiento y un importante incremento de la población.
-Por lo tanto, ¿Eivissa era un lugar próspero y atractivo para instalarse?-No es que fuera un lugar especialmente próspero. Era un lugar con sus virtudes y sus inconvenientes. No era un lugar especialmente rico pero la exportación de sal dio muy buen rendimiento. Se puede apreciar que había bastante comercio, aunque no podía compararse a lugares como Ciutat de Mallorca, Barcelona o Valencia pero sí se ve que había una relativa prosperidad. Desde un punto de vista administrativo, la gestión de bienes era impecable ya que, estos ‘capbreus' reflejan un registro exhaustivo hasta el mínimo detalle.