El goteo de las subvenciones concedidas por todas las administraciones a actividades de normalización lingüística del catalán ha sido una vez más constante y muy abultado. Sin contar las subvenciones concedidas por los ayuntamientos, excepto el de Palma, la cantidad supera ampliamente los 15 millones de euros. Hay que añadir, además, las ayudas no pecuniarias pero que tienen un beneficio económico incalculable, como el requisito lingüístico o valoración extra del catalán para poder recibir subvenciones y como el requisito del catalán para poder presentarse a oposiciones o ser contratado por la administración.
UPyD denuncia que la maraña legislativa balear está atravesada transversalmente por la normalización lingüística. “Prácticamente no se aprueba una ley, no se dicta un reglamento, no se convocan oposiciones ni se conceden subvenciones o ayudas si entre los requisitos o méritos generosamente valorados está el conocimiento del catalán. Todo esto, que parece no tener coste económico, se traduce siempre en dinero”, declara Calbarro, candidato a la presidencia del Govern por UPyD.
Todos estos privilegios lingüísticos no pecuniarios, pero que tienen coste económico en forma de expulsión del mercado de la competencia, se complementan con 15 millones de euros, contantes y sonantes, que han repartido generosamente, en normalización, el Govern, los Consells y Ayuntamiento de Palma, además de la Generalitat de Cataluña y el Estado, el mismo que buena parte de los que defienden la normalización lingüística consideran opresor de la cultura y lengua catalanas. Esta cantidad palidecería si se conocieran los fondos destinados por los ayuntamientos de Baleares.
“La estrategia está clara. Los políticos actuales representan la vieja política del clientelismo y del colonialismo económico: si se da o facilita un trabajo a alguien, o se le concede una subvención, o se le da un cargo político, principalmente por su conocimiento de la lengua catalana, entonces se conseguirá un batallón aguerrido que, defendiendo la lengua, defenderá su trabajo, su sustento; cualquier intento de cambio, como el que pretende UPyD, chocará con la capacidad de resistencia y de generación de conflictos de ese batallón; es decir, nada de defensa de la cultura, todo en defensa de las alubias”, dice Calbarro