Un informe encargado por la Autoridad Portuaria de las Islas Baleares (APB) a una consultora especializada alertó en junio de 2006 que la oferta presentada para quedarse el puerto deportivo de Ibiza Nueva por parte de Serveis Marítims Port d’Eivissa (Semar), participada al 50% por Trapsayates, había «aumentado de manera ilícita el presupuesto» de ejecución del proyecto. Una circunstancia que, según las valoraciones de los consultores de ingeniería que revisaron cada una de las 14 propuestas presentadas al concurso para la concesión de uno de los mejores puertos deportivos de las Islas, «vulneraba» la «igualdad de oportunidades del resto de concursantes».
Un año y medio después de la realización de este informe, a finales de 2007 y tras la llegada a la presidencia del todavía dirigente de APB Francesc Triay (PSOE), el organismo público que gestiona las concesiones portuarias en las Islas acabó resolviendo el concurso en favor de Semar, que se llevó así la explotación de 379 amarres en la Ribera Norte del puerto ibicenco. Semar se mantuvo como concesionaria temporal entre abril y julio de 2008 hasta que ese mismo verano le fue ratificada la concesión final por 17 años a razón de 5,6 millones de euros anuales.
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