domingo, 14 de noviembre de 2010

Encuesta sobre la situación electoral en Baleares

Las espadas están en alto

ANTONIO ALEMANY DEZCALLAR

Sorprendente el sondeo en relación con la intención de voto: el PP no es penalizado en absoluto por la campaña orquestada por el PSOE y la Fiscalía Anticorrupción, el PSOE tampoco es sancionado por el electorado a pesar de su nula acción de gobierno, se mantiene, más o menos, grupuscularmente el conglomerado apendicular del PSOE en el Pacto de Progreso y, de hecho, Unió Mallorquina es el único partido que recibe un fuerte castigo de sus votantes que, con un solo diputado, casi la reducen al extraparlamentarismo.
Es cierto que el nivel de indecisos es muy alto, lo cual plantea una incertidumbre que previsiblemente se irá despejando a medida que se acerquen las elecciones: estamos hablando de 23,6% de ciudadanos que votaron al PP en 2007 y que están indecisos, un 17,8% que lo hicieron al PSOE, un 16,1% del Bloc y un 31,3% de UM. Pero tal vez lo más interesante resulte conocer a dónde se van los votos de UM en el momento de realizar el sondeo: 1.761 votos se trasvasan a PP y 5.283 al PSOE.
Con la salvedad apuntada del voto indeciso, la realidad es que, ahora mismo y de acuerdo con los datos de la encuesta, el PP estaría rozando la mayoría absoluta con 29 escaños parlamentarios, triunfaría en Mallorca y gobernaría en el Consell, empataría en Ibiza con el PSOE y empataría, también con el PSOE, en Menorca, aunque un parlamentario de El PSM-Els Verds rompería el empate a favor de la izquierda.
Bien, parece que una conclusión es evidente: las espadas están en alto, pueden reeditarse los resultados del 2007 cuando el PP rozó la mayoría absoluta y, sin embargo, fue expulsado de todas las instituciones. La situación es algo mejor que entonces para el PP, ya que puede ganar en Menorca e Ibiza -amén de en Mallorca- si se vuelca en estas dos islas. En Menorca, concretamente, unos 500 votos le darían la mayoría absoluta al PP.
Todos estos datos revelan algunas cosas interesantes. La primera, que el voto de UM que se trasvasa es, de forma abrumadora, pro-PSOE, lo cual obliga, en principio, a descartar una eventual alianza PP-restos de UM. La segunda, la inanidad de la campaña que han organizado los socialistas y la Fiscalía en contra del PP: el voto devoto sigue fiel e inasequible al desaliento. Y, tercera, la falsedad de toda esta campaña que se ha organizado en torno a los «regionalistas» de la part forana -no existen ni pintan nada sus teóricos líderes- un aviso a navegantes de Palma y, concretamente, de José María Rodríguez. Rodríguez, como Font, como Pastor, no tiene votos de su propiedad: los tiene el PP. En cambio, su candidatura a la Alcaldía de Palma es seguro que provocaría la desafección de algunos miles de votos que, votarían al PP para el Parlament, pero no al PP para el Ayuntamiento de Palma. Rodríguez -su capacidad de trabajo y organización- es importante para el PP, pero representa un pasado que está intentando superar el PP de Bauzá. Su incidencia electoral en caso de presentarse sería -con toda seguridad- negativa y sugiero que se hagan sondeos sobre el particular. Unas primarias en Palma podría ser la vía para resolver esta cuestión.
Por último, urge que Bauzá se ponga las pilas y asuma la misma solidez que está acreditando el PP en Baleares. Tiene un partido envidiable y un electorado de una fidelidad admirable que lo que busca y exige a sus líderes es firmeza y claridad en los principios, en los valores y en las políticas que vehicularán ambos. Y hay algo que debe meterse en la cabeza y que resulta un tópico por su evidencia y reiteración: una cosa es la «opinión pública» y otra la «opinión publicada». Muy especialmente, cuando la «opinión publicada» procede de una grotesca acción mediática cuyo plumero impudoroso salta a la vista de forma clamorosa.

El Mundo