PALMA | MIGUEL MANSO           El tráfico marítimo de mercancías y pasaje entre Balears y la  Península se ha transformado en un enorme embudo: cuesta pasar y el  precio supera al de otras rutas similares europeas. Un trabajo de campo  elaborado por la Dirección General de Transporte Aéreo y Marítimo del  Govern compara, por ejemplo, las conexiones Palma-Barcelona y  Atenas-Lipsi (isla al sur de Samos). La primera, de 240 kilómetros,  cuesta 742 euros para cuatro pasajeros en camarote que pasan el  vehículo. El enlace griego, de 283 kilómetros y en las mismas  circunstancias, asciende a 306 euros con la compañía Anek Lines. 
Los  desajustes afectan a viajeros, pero también a empresarios, quienes han  nutrido de quejas la Dirección General de Transporte Aéreo y Marítimo  del Govern, adscrita a la conselleria balear de Movilidad. Los  suministros de algunas empresas baleares acumulan en los puertos  peninsulares retrasos de hasta un mes. Las compañías más acuciadas por  las demoras y los precios son los proveedores de mercancías peligrosas  –oxígeno y nitrógeno para hospitales, ácido sulfúrico para desaladoras,  butano para la calefacción, cloro para piscinas, etc...–. «El porte  desde la Península se ha encarecido este año un 21% y un 23% entre las  islas. En solo cinco años se ha disparado un 120%», precisa un  industrial que prefiere mantenerse en el anonimato. Estos empresarios  dependen casi en exclusiva de un operador, Acciona-Trasmediterránea,  puesto que es el único que fleta un barco exclusivo de carga apto para  artículos peligrosos. «El transporte cuesta más desde Barcelona a  Mallorca que de Bali a España, y esto es así tanto para nosotros como  para cualquier tipo de género», sostiene. 
Un documento interno  de la Cámara de Comercio de Mallorca al que ha tenido acceso Diario de  Mallorca cifra en un 30% el sobrecoste de los productos ocasionado por  el transporte. Para el Govern y los industriales, el problema reside en  la ausencia de competidores. Baleària y  Acciona Trasmediterránea se  reparten el pastel sin la sombra de un rival. La lista de navieras que  han desaparecido de aguas baleares o han sido fagocitadas es extensa. En  los ochenta y principios de los noventa atracaban Suardiaz,  Trans-Balear, Naviera Mallorquina, Contenemar, Marítimos de Alcúdia,  Naviera Subirats o Naviera Fontanet. La última en caer ha sido Iscomar.
Un  empresario, en una nota remitida a la conselleria de Movilidad,  sostiene que trasladar una plataforma de 20 pies le costaba hace cinco  años 420 euros, frente a los 993 euros actuales. Pero no solo eso,  también denuncia la semejanza de precios. El año pasado, apuntan, la  diferencia entre contratar con uno u otro operador no iba más allá de  los cinco euros.
Por este motivo, la conselleria de Movilidad, en  manos del Bloc, ha elaborado un documento reivindicativo dirigido al  Ministerio de Fomento. Para reforzar su posición, han solicitado la  firma de la Cámara de Comercio y las patronales CAEB y Pimem. Para el  próximo año, Fomento adjudicará los contratos para prestar el servicio  de transporte marítimo en las líneas de interés general entre la  Península con Balears, Canarias y Ceuta y Melilla. 
Cuando eso  ocurra, el Govern quiere que el Ejecutivo central introduzca una serie  de cláusulas. En primer lugar, que se fije un precio máximo, frecuencias  y capacidad para el transporte de mercaderías, y no sólo para los  pasajeros y los vehículos como hasta ahora. «Todas las islas del  Mediterráneo, excepto Balears, tienen rutas con la Península  consideradas como servicio público», se queja el Govern. La  Administración autonómica también exige un incremento del espacio en los  puertos y los buques dedicado a la carga, así como una mejora de los  equipos de estiba.
Empresas interesadas
El  Govern «tiene constancia» de empresas navieras interesadas en hacerse  un hueco en el transporte de mercancías islas-Península.  Pero, según el  Ejecutivo, han renunciado debido al «enorme coste de dicha inversión  sumado a la falta de infraestructuras mínimas para operar con sus buques  en los puertos de Balears». Los empresarios critican la falta de grúas  aptas para la descarga en vertical, el calado insuficiente y la  inexistencia de depósitos de contenedores adecuados.
El Govern  balear también aborda las condiciones en el puerto de Barcelona. «Se  está produciendo una situación real de overbooking. Esta problemática se  ajustaría si aumentara el espacio en los buques con destino a Balears,  así como los equipos de carga en tierra», detalla.
Diario de Ibiza
