A dos meses para que concluya la legislatura (las elecciones autonómicas serán el próximo 28 de noviembre), empiezan a conocerse las distintas partidas de gasto que la Generalitat ha destinado a diversos ámbitos en los últimos cuatro años. Uno de los terrenos en el que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha tenido mayor influencia, gracias a la presión ejercida por el vicepresidente Josep Lluís Carod-Rovira, ha sido la extensión de una red de embajadas y oficinas de representación para promocionar Cataluña en el mundo y atraer inversión. Pero, ¿cuánto le ha costado al contribuyente catalán el desarrollo de esa red de oficinas que ocupan espacio en los lugares más céntricos de ciudades como Berlín, Nueva York, París, Bruselas, Londres o Milán?
El gobierno catalán ha aprobado un presupuesto global en los últimos cuatro años que suma 25 millones de euros para la apertura y la puesta en marcha de estas oficinas exteriores, que para dos partidos de la oposición catalana (PP y Ciudadanos) representan “un gasto demasiado elevado e inútil en plena crisis económica”, porque se destinan a centros que “tienen por objetivo promocionar Cataluña y suplir los edificios oficiales que tiene España en el exterior como embajadas, oficinas de comercio del ICEX y otros centros culturales de promoción”.
Según diversas fuentes, cada delegación tiene un presupuesto asignado de 90.000 euros anuales, a los que hay que sumar los casi 85.000 euros anuales que percibe el delegado (gastos de representación aparte) y cerca de 740.000 euros al año en concepto de media de alquiler de la sede en las delegaciones ubicadas en ciudades importantes como Nueva York, París o Bruselas. Entre los delegados que cobran casi 85.000 euros al año figuran el hermano del vicepresidente catalán, Apelles Carod-Rovira, que dirige la Maison de la Catalogne (la Casa de Cataluña, traducida del francés) en París.
La permisividad del Gobierno
Según manifestó a El Confidencial Jordi Cañas, portavoz de Ciudadanos, el Gobierno catalán “ha aumentado, año tras año, el gasto para poner en marcha estas embajadas catalanas y calculamos que en los últimos años se ha gastado alrededor de 25 millones de euros”. De hecho, Ciudadanos ha criticado en varias intervenciones parlamentarias el "gran gasto" que suponen para las cuentas de la Generalitat -que en el presente ejercicio siguen en déficit público a pesar de los recortes salariales de los funcionarios y el plan de austeridad en el gasto público que afecta, especialmente, a Salud y Educación- las embajadas que la Generalitat ha abierto desde el primer Gobierno de Pasqual Maragall. En otras palabras, desde el 2003, se han abierto representaciones en Europa, Sudamérica y Estados Unidos bajo ¡teóricas intenciones "comerciales y culturales". El presidente de Ciudadanos y candidato a las autonómicas catalanas, Albert Rivera, critica la "permisividad y la omisión del Gobierno de España" ante estos departamentos y ha exigido conocer "qué régimen jurídico tienen".
En opinión de Rivera, departamentos como el inaugurado la semana pasada en Alemania, en la que no ondea la bandera española, realizan actividades diplomáticas cuando sus propósitos son meramente comerciales y turísticos. "Eso es lo que dice Carod", resalta. Por ello, su partido exigirá al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "lealtad institucional" y que explique "qué régimen jurídico tienen". Desde el PP, se espera que “tras las elecciones del 28 de noviembre se produzca un cambio de Gobierno en la Generalitat que reestructure el gasto en oficinas catalanas en el exterior y se reoriente hacia políticas activas que interesan a los catalanes, como la superación de la crisis, las ayudas a la creación de empresas y la reducción de impuestos para generar actividad económica y crear puestos de trabajo en una comunidad que supera los 500.000 parados, casi el 20% de la población activa”.
En lo que va de legislatura, la Generalitat ha promovido y abierto delegaciones en París, Berlín, Bruselas, Milán, Londres y Nueva York, que dependen de la Consejería de la Vicepresidencia, que controla el republicano Carod. “Estas delegaciones se han abierto porque el nuevo Estatuto permite y traslada competencias en materia exterior a Cataluña para promover su cultura y atraer inversión”, señalan a este diario fuentes de la Generalitat, que aseguran que se abrirán delegaciones en Argentina y México antes de finalizar este año.
A pesar de las cifras dedicadas a desarrollar la proyección internacional de Cataluña, la crisis económica ha provocado recortes en el presupuesto de este año para esta partida que gestiona Carod. Y, por ello, ha renunciado a tres de las ocho delegaciones en el exterior previstas al inicio de la legislatura. En realidad, las delegaciones en el exterior representan sólo el 0,03% de los recursos de la Generalitat. “Preveíamos crear ocho y hemos abierto cinco. Más reducción, imposible”, argumentó el vicepresidente catalán. El programa de cooperación exterior de la Generalitat para 2010 era de 65,5 millones de euros. Pero en ellos se incluyen las partidas para destinar el 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo. En 2003, cuando el tripartito llegó por primera vez a la Generalitat, las ayudas al desarrollo representaban el 0,24% de los ingresos propios, según fuentes de Vicepresidencia, mientras que en 2010 supondrán el 0,50%. El plan de actuación de la Generalitat vuelve a fijar como “países prioritarios de la ayuda catalana” a Marruecos, Palestina, el Sáhara Occidental, Mozambique, Senegal, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Bolivia, Colombia y Ecuador. Estos países recibirán el 70% de los recursos de la Generalitat.
Un ex becario dirige la oficina en EEUU
Los becarios tienen mala fama en Estados Unidos. Pero para la diplomacia catalana, eso no importa. La oposición catalana ha dirigido varias preguntas al Gobierno autonómico para conocer cuáles fueron los motivos de la contratación de Andrew Davis, un joven de 35 años, como delegado de la Generalitat en Estados Unidos. La responsable de Asuntos Exteriores, Roser Clavell, y el vicepresidente catalán, Carod-Rovira, contrataron a este ex estudiante como jefe de la diplomacia catalana en Nueva York. Antes de este cargo, Davis era un estudiante becado como investigador por el Institut Ramon Llull (IRL) en la London School of Economics (curiosamente, el presidente dl IRL es Josep Bargalló, dirigente de ERC, que fue consejero de Educación de la Generalitat y, tras la forzada dimisión de Carod bajo el mandato de Maragall por haberse entrevistado con miembros de ETA, pasó a ser conseller en cap, es decir, el número 2 del Gobierno catalán). La delegación de Cataluña en Nueva York está ubicada desde el 2008 en la planta 26 del número 1 de Rockefeller Plaza, en el emblemático edificio de General Ellectric, uno de los más caros de la ciudad, una de las zonas más exclusivas de Manhattan.
El Confidencial