· Precisamente por esto es totalmente indeseable articular un cuerpo policial de dependencia autonómica: para evitar que políticos de turno como Rosselló conciban un cuerpo policial para violar derechos inalienables y ponerse por montera derechos, libertades y legalidades que van a misa. Para el político del Pacto, la Guardia Civil era un estorbo para su real gana. Para el Club, era una garantía del Estado de Derecho.
· Asusta pensar lo que podrían llegar a perpetrar los políticos del PSOE y del Bloc si tuvieran en sus manos un cuerpo policial. Comenzando por este desprecio hacia libertades consagradas constitucionalmente hasta, de acuerdo con su política de penetrar todas las instituciones y crear un funcionariado- en este caso policial- ideológicamente adicto. Ya podemos imaginar lo que sería una policía integrada por pesemeros, esquerrarrepublicanos, socialistas y ecolócomunistas. Para muestra, ya nos basta con ver el uso que se hace de la Fiscalía por parte del gobierno socialista. Mejor que no pongan- nunca- sus manos pecadoras sobre instituciones que son garantes de derechos y libertades y no servidoras del político de turno. Francamente, mejor que continuemos con la Guardia Civil y con la Policía Nacional. ¿Policía autonómica? No, gracias.
Libertad Balear