El insoportable voluntarismo de los socialistas, por Antonio Alemany
- Siento que Joana Barceló sea tema recurrente en mis escritos: mientras estaba callada, pasaba desapercibida, pero, últimamente, no para y, en consecuencia, es de obligada focalización mediática. Máxime cuando su discurso es un arquetipo de uno de los vicios más insoportables de los socialistas: el voluntarismo,
- Acaba de declarar Barceló en el DM lo siguiente: que ellos tienen claro que, ante la crisis económica, lo importante es llegar a “acuerdos”. Y sigue, literalmente: “ Empezamos con el acuerdo de competitividad. Y gracias a ello la crisis nos cogió con un pacto muy amplio, alcanzado con CAEB, CC.OO y UGT. Fue una apuesta política por un cambio de modelo. No podíamos seguir creciendo a costa de la construcción o de la ocupación masiva de mano de obra de baja cualificación”.
- Bien, el cacareado “acuerdo” que tanto disloca a Joana Barceló no ha servido para nada. Absolutamente para nada. Ni ha cambiado el modelo. Ni ha aparecido un solo “brote verde” que preanuncie la superación de la crisis. Ni ha mejorado la condición de la mano de obra de baja cualificación. Ni se ha visto que la construcción haya dejado de ser uno de los motores multiplicadores que tira del carro de la economía, entre otras razones porque el parón en la construcción no es consecuencia de ningún “cambio de modelo”, sino porque el dinero no fluye a este sector y porque la Administración es la primera en estar en una solapada suspensión de pagos que no paga a nadie.
- Estamos, una vez más, ante un estúpido voluntarismo típico de un partido que, como siempre, aspira a que se le juzgue por sus intenciones y no por sus hechos. Con la connivencia ignorante de buena parte de la beaturía mediática. El “acuerdo” que proclama Barceló es un acuerdo, única y eclusivamente, para la “foto” de todos los intervinientes, comenzando por el Govern. Lo cual, en los tiempos de penitencia que estamos viviendo, constituye un insulto a los ciudadanos y un ejercicio cínico e hipócrita de la peor especie. Ni la CAEB, ni UGT, ni CC.OO tienen capacidad funcional y capacidad objetiva para decidir lo que deben hacer los operadores económicos, desde los consumidores hasta los empresarios e inversores. Y menos aún para imponer a la sociedad un nuevo “modelo económico”.
- Joana Barceló, y el PSOE, deberían tener, por lo menos, el buen gusto de no decir tonterías que, encima, suenan a tomadura de pelo a la ciudadanía.