martes, 17 de marzo de 2009

De fábulas y otras cosas, Toni Bonet


No es esta una reflexión sobre la sorprendente facilidad para chaquetear que han demostrado los caudillos de ExC, pasando de los modestos paños del rural look a los carísimos linos del Duque de Botafoc y de la Marquesa de Don Pedro en apenas dos años.
Tampoco lo es sobre las nuevas vallas publicitarias del sindicato CCOO que nos recuerdan con nuestro dinero que son la alternativa al paro. Vallas en Ibiza blasonadas por la bandera de Cataluña, sin castillos ni vergüenza, con sueldazos reales que pagamos todos y manifestaciones de mentirijillas, meneando el árbol socialista con extremado cariño, cuidando que éste no deje de darles frutos.
Ni mentar el pavimentado de Dalt Vila, funesto y grisáceo, probablemente igual que la persona que lo concibió, que sólo puede responder al gusto envilecido del técnico de turno.
Ni tan siquiera es un pensamiento sobre las similitudes entre Galicia y las Islas o los aires de cambio que adivinaba un político, que se dice ibicenco, a sueldo de un partido catalán con raicillas en nuestra tierra en este diario antes de las elecciones gallegas. Prestidigitador de la política que se nutre de los vacíos de la democracia y que, con un voto o un millón, la bolita siempre acaba en su bolsillo.
¿Para cuándo una reforma de la Ley Electoral frente al trile de las urnas? Tras el desalojo de los nacionalistas de yate y caviar de la Xunta, nada más se supo de nuestro Profeta Jeremías isleño y, puestos a buscar paralelismos... tomemos en cuenta la respuesta atronadora del pueblo gallego ante la asfixiante política lingüística de la trenza nacionalsocialista.
Ni tan siquiera es una consideración sobre la vergonzosa actitud del PP hacia el Institut d´Estudis Eivissencs, capitaneado por don Mariano Serra, que le ha agradecido con el abrazo del oso su invitación, un oso como el de la fábula del imprescindible dieciochesco don Tomás de Iriarte, al que me permito resucitar:

«Un Oso con que la vida ganaba un piamontés, la no muy bien aprendida danza ensayaba en dos pies. Queriendo hacer de persona, dijo a una Mona: «¿Qué tal?». Era perita la Mona, Y respondióle: «Muy mal». Yo creo, replicó el Oso, que me haces poco favor. ¡Pues qué! ¿mi aire no es garboso? ¿No hago el paso con primor? Estaba el Cerdo presente, Y dijo: «¡Bravo! ¡Bien va! Bailarín más excelente no se ha visto ni verá». Echó el Oso, al oír esto, sus cuentas allá entre sí, y con ademán modesto, hubo de exclamar así: «Cuando me desaprobaba la Mona, llegué a dudar; mas ya que el Cerdo me alaba, muy mal debo de bailar». Guarde para su regalo esta sentencia un autor: «Si el sabio no aprueba, ¡malo! Si el necio aplaude, peor.»

El Institut, a lo suyo, haciendo creer al personal que ser anticatalanista es ser anticatalán, y que ser un buen ibicenco es hacer vivir al castellanohablante con el cuello bajo su bota y pidiendo perdón por haber nacido.
Es preferible, señores del PP, una derrota gloriosa basada en principios, que conseguir una victoria de forma inadecuada.
Podría ser, pero no lo es, un comentario sobre el GEN y su intención de resucitar ses Feixes. Ideológicamente estamos a años luz, pero como la política nos es tierra de unanimidades -y el GEN también es un partido político- debo reconocer que estaría bien hacer algo, preferiblemente antes de que encuentren fauna radioactiva en el sucio humedal.
Tema aparte es la alternativa al desarrollo que proponen, todo el mundo funcionario público y el menú a base de ensalada de posidonia y garrofín.

Realmente, todo el tostón anterior era un pretexto, sólo un pretexto, para gritar que Raúl, indiscutiblemente, este año debe estar en la selección.

Aparecido en Diario de Ibiza, 17 de marzo, 2009