jueves, 8 de enero de 2009

Los museos gafados, por Fernando Bertazioli


Ante todo quiero agradecer a Mariano Planells el haberme mencionado, entre otros, en su artículo del pasado domingo, donde confía en que llegará el día en que estos museos cerrados por obras, o por lo que sea, abrirán de nuevo sus puertas.
Con mis escritos he tratado varias veces este tema. Tanto sobre el Museo de Puig des Molins, cerrado para modernizarse y hacerlo visitable por personas con movilidad reducida, cierre que, si no recuerdo mal, debe ser desde hace doce años: una verdadera e intolerable vergüenza. Y por otro lado sobre el Museo Arqueológico de Dalt Vila situado en un marco incomparable, dentro de las casamatas del baluarte de Santa Tecla. Un museo precioso pero absolutamente inadecuado para personas que vayan en silla de ruedas por su reducido espacio y que parece tiene problemas de humedad, que se pueden subsanar; pero este museo tiene en su haber más de un siglo de existencia y esto gracias a las generosas donaciones de la Sociedad Arqueológica Ebusitana que, después de haber almacenado todas las piezas que habían encontrado y salvarlas del olvido en una vivienda cerca del Mercado, el Ayuntamiento de Ibiza, deseoso de que estas reliquias de nuestro pasado pudiesen ser conocidas, admiradas y estudiadas, cediera en 1907 el edificio de la Universidad que, junto con lo que había sido Capilla del Salvador, se abriese al público el Museo Arqueológico de Dalt Vila y que fuese una referencia a nivel mundial.
En lo que concierne al Museo des Puig des Molins, el 18 de octubre de 1935 se aprobó su construcción que debía estar terminada el 31 de diciembre de 1936. Pero cuando estalló la sublevación militar, éstos tenían otras preocupaciones y no precisamente culturales, teniendo que esperar hasta principios de 1965 para que se reanudaran los trabajos. Trabajos que actualmente se llevan a cabo para aumentar sus zonas de exposición, modificar accesos, remediar humedades (todo esto lo he leído en la prensa) y que lo mantiene cerrado, como decía más arriba, desde hace unos doce años. Este museo, que fue abierto al público en 1965, rodeado en parte por la necrópolis púnica con tres mil hipogeos está `gafado´ a pesar de esta formidable vecindad.
Si la mala suerte que parece que se ciñe sobre el Museo des Puig des Molins, muchísimo peor es el proyecto de trasladar el Museo de Dalt Vila en un edificio de nueva construcción en terreno de sa Joveria (probablemente cerca del nuevo hospital de Can Misses) es muchísimo peor decía, por diversos motivos:
1º.- Esto seria una afrenta a los miembros de la Sociedad Arqueológica Ebusitana que, con sus aportaciones y su esfuerzo, lo hicieron posible y que gracias a ellos Ibiza puede vanagloriarse de su inmensa riqueza púnica.
2º.- No creo que sea acertada la idea de su traslado donde está proyectado, pues apenas tendrá visitantes, por estar alejado de la ciudad. Será un simple almacén arqueológico y nada más.
3º.- Tenemos el Museo de Arte Contemporáneo que también tiene su historia, pues además de haber sido Sala de Armas cuando la guerra de la Independencia, oficiales franceses apresados en Bailén estuvieron presos en él, mientras los soldados napoleónicos se morían literalmente de hambre en su reclusión de la isla de Cabrera. Este museo con sus pinturas minimales (Mariano Planells ) podría ser trasladado allí, a sa Joveria. Las obras minimalistas, que por ser una corriente artística nacida en 1970, estarían rodeadas de edificios construidos a partir de ese año, lo que las haría más acordes con el entorno. Lo contemporáneo con lo contemporáneo.
La idea de Mariano Planells de poner el Museo de Arte Contemporáneo en sa Joveria y en su sitio instalar un gran museo púnico, es muy acertada, habiendo hallado, según parece, los restos fundacionales de la ciudad púnica y al estar este edificio dentro del recinto amurallado que es Patrimonio de la Humanidad. Al mismo tiempo, se podría guardar el de la Plaza de la Catedral y continuar su función actual anexo al nuevo museo, que se instalaría más abajo.
Y puestos a hablar de los museos arqueológicos sería quizás interesante que algunas piezas que fueron sustraídas y después vendidas principalmente a los museos de Barcelona y Madrid (donde está `la Dama de Ibiza´) por anticuarios, pintores y arqueólogos aficionados que saquearon tanto como pudieron los hipogeos del Puig des Molins (mis padres me contaron que los soldados vigilaban para impedir estos robos) lo que ocasionó que estas piezas fueran sacadas de su contexto, imposibilitando su datación precisa mientras los saqueadores se enriquecían con lo que se habían apropiado. Sería de justicia que algunas volvieran, aunque es interesante que los museos nacionales tengan una notable exposición de piezas ibicencas, para promocionar un poco más nuestra isla. Pero también sería de justicia que muchas de ellas nos fuesen devueltas para enmendar el expolio a que fuimos sometidos.

Enlace al Diario de Ibiza

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