domingo, 10 de junio de 2012

Forajidos sin leyenda, Agustín Pery, El Mundo

La flor y la nata que ha conducido a las Baleares a un pozo sin fondo del que nos llevará años recuperarnos. Corrupción aparte.

Forajidos de leyenda, escribe Agustín Pery - El Mundo

No es que pactara en secreto. Tampoco que su inconsciencia avive las llamas del incendio laboral. Ni siquiera merece la pena pararse en su ceguera e inutilidad.
A estas alturas resulta absurdo mesarse los cabellos porque un conseller del Pacte decidiera en plena crisis económica libar a los médicos, sus colegas de bata, a cambio de que le saludaran por la calle en vez de silbarle a la puerta del despacho.
Ya no importa que lo hiciera a escondidas, como bien alertamos en nuestras páginas entonces. No me lo creo. Imposible que sea lo que nos indigne. ¿Sólo eso? Venga ya. Vivimos en un holocausto laboral de dimensiones inasibles. Qué más nos da que unos cuantosmédicos tengan que devolver los complementos salariales que seguro que se merecían pero nuestras escuálidas arcas no se podían permitir.
Lo preocupante es que hubo una sentencia que acabó en un cajón. Que lo que dictó un tribunal lo ignoró un conseller, demostrando una vez más que el PSOE es el partido que más ha hecho para barrenar los cimientos del sistema democrático de nuestro país.
Si hoy hubiera un mínimo de decencia, un átomo de seny entre las filas del PSIB, Vicenç Thomàs
debería devolver su acta de diputado, ser expulsado del partido y abandonado solo ante la Ley que ni respeta, ni acata y mucho menos cumple. No ocurrirá.
Orgullosos de una herencia que nos ha llevado hasta donde estamos, Francina Armengol blindará a su edecán favorito y justificará lo que nunca aplaudiría ni de duques, infantas,ministros de Aznar o votantes del PP. El argumento, otra vez, será el y tú también.Esta vez apuntalado en el hecho de que el PP recién llegado al Consolat mantuvo el despropósito perpetrado, y ocultado, por sus predecesores del Pacte. En su descargo diremos que no fueron ni los autores materiales ni intelectuales de un acuerdo de 2008 entre el IB-Salut y los médicos que el Tribunal Superior de Justicia dictaminó ilegal en 2010.
Fueron cooperadores por omisión, por tactismo o quizá por temor a añadir más leña al fuego hospitalario por culpa no de los inaplazables recortes sino de la prevaricación y malversación del inefable conseller socialista.
El PSIB, en cambio, se situó conscientemente al margen de la ley, demostrando una vez más que son unos forajidos sin leyenda para los que no hay tribunal que valga si no sirve a sus intereses. Lo suyo es mucho más grave que las corruptelas, tan presuntas por ahora como las suyas, de Jaume Matas y sus cortesanos.
Al ex president lo juzgamos como nos place cada ciudadano pero lo condenan los tribunales. Al ex conseller del PSIB lo sentenció un tribunal y él solito se absolvió. No me digan que no tienen bemoles el puñetero matiz. Lo que hizo Thomàs escondiendo una sentencia del TSJB fue poner en práctica esa supremacía moral que acerca a su partido a los regímenes totalitarios tanto como lo aleja de los usos democráticos.
Practica el PSIB un fascismo clandestino que es tan reprobable como el oficial que dicen detestar y en el que engloban a todos los que no danzamos al son de sus xirimiers. No son una raza superior —todo llegará— pero sí unas siglas.

Por eso, porque la ley son ellos, no tienen por qué someterse a la que nos juzga, condena o absuelve, a todos los demás. A los sociolistos les basta con abrir y cerrar un cajón para que la división de poderes salte por la ventana.
Los ejemplos hace tiempo que dejaron de ser una excepción para convertirse en norma. Donde los demás celebramos que por fin los padres puedan elegir la lengua de primera enseñanza de sus hijos (incomprensiblemente no en todas las etapas, lo que convierte un derecho en un privilegio), el armengolismo aplaude que un 87% haya escogido el catalán frente al castellano sin importarle que las coacciones que han sufrido muchos padres hayan podido adulterar el resultado.

Como lamentaba en estas mismas páginas Ramón Aguiló Obrador, digno hijo de tan digno padre, han convertido «un medio de comunicación, la lengua, en un fin, en un sujeto histórico de derechos, en un ídolo al que reverenciary rendir pleitesía» por encima de la libertad de los personas. De todas y cada una de las personas. Lo mismo que encierran la legalidad salarial en un cajón, sojuzgan los derechos individuales o reparten títulos de buen balear con criterios peligrosamente supremacistas,abren la jaula donde guardan a sus perros de la guerra para que muerdan donde ellos quierenpero no deben. Que hay que mantener las formas.
La jauría lanza piedras y se esconde tras la mano que siempre les ha dado de comer a costa de nuestros impuestos. No se engañen. La ruina económica agravada por su insensata gestión no es el peor legado que nos dejó cuatro años de (des)Govern del Pacte.
Lo peor es que gracias alTSJB ya sabemos, por si quedaba alguna duda, que el PSIB siempre supo lo que hacía. Lo de que fuera legal era lo de menos. Orgullosos de ser unos Robin Hood siempre al margen de la ley. Aunque al final si robaron a los ricos no fue para dárselo a los pobres. Eso se lo puede asegurar un servidor, Thomàs y las ariátides que le observan retozar en su escaño del Parlament.
Agustín Pery - El Mundo