Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento del Nobel de ascendencia menorquina, quien pasó el verano de 1935 entre Mallorca y Ibiza, y dejó testimonio de ello en varias piezas literarias
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Albert Camus Sintes desempolvó en Carnets los recuerdos de aquel verano de 1935 que pasó entre Mallorca e Ibiza. Fue ésta la única ocasión que el escritor francés pisó suelo español. En el año del cincuenta aniversario de su muerte, la profesora de Filología Francesa de la Universitat de les Illes Balears (UIB) Carlota Vicens enumera los parajes isleños que atravesó el escritor de linaje menorquín que falleció en un accidente de coche tal día como hoy en 1960: "Estuvo en el claustro de Sant Francesc, en el Castell de Bellver, en las calles del barrio de la Catedral, en Valldemossa o Sóller, y en Santa Eulàlia".
El autor semibalear recaló en las islas junto a su reciente esposa, Simone Hié, "que venía a hacer una cura de desintoxicación por prescripción médica", detalla Vicens.
El artículo Amor a la vida, recogido en la compilación de textos El revés y el derecho, publicado por primera vez en Argel en 1937, está trufado de referencias a Palma. "Sorprende la fragilidad que se le despertaba al visitar el claustro de Sant Francesc. Frente al silencio, él sentía que todo podía romperse y desmoronarse en un momento. Las impresiones de Amor a la vida están elaboradas desde el plano metafísico", asegura la también colaboradora de este periódico. Amén de los cafés cantantes de Ciutat, la conocida pasión del autor de El extranjero por las féminas –fue amante de María Casares– se cuela en estas páginas: "En Génova hay mujeres cuya sonrisa amé durante toda una mañana. No volveré a verlas, evidentemente, nada es más simple. Pero las palabras no podrán expresar la llama de mi pena", escribe Camus.
El escritor, que nació en 1913 en Mondovi, la actual Drean, en el norte de Argelia, no volvió a asomar por España: "Los acontecimientos políticos que siguieron y su claro posicionamiento contra la dictadura franquista le impidieron volver", resuelve Vicens, quien trae a colación el gesto que el autor tuvo con los exiliados españoles con la alocución Ce que je dois à l´Espagne, pronunciada al recibir el Nobel de Literatura en 1957.
Pese a su ascendencia menorquina, el escritor jamás visitó la isla septentrional del archipiélago. En efecto, la línea española de su familia provenía de Menorca. Siguiendo el árbol genealógico, sus bisabuelos maternos eran Miguel Sintes Sottero, que se casó con Margarita Cursach Doncella. De este matrimonio nació en Argelia el abuelo de Camus, Etiènne Sintes. Los otros bisabuelos eran: José Cardona Pons y Juana Fedelic, de quienes nació la abuela de Camus, Catalina María Cardona, natural de Sant Lluís, pero que terminó por mudarse al país del Magreb. Etiènne Sintes y Catalina María Cardona se casaron y alumbraron a una niña, Catalina Sintes Cardona, la madre del Premio Nobel.
Toda esta estirpe menorquina la rescata el documental Amour de vivre, de la mallorquina Cinètica Produccions. El filme se estrenará el mes que viene en IB3. El director de la cinta, Lluís Ortas, indicó que la base del metraje es la obra póstuma del literato, Le premier homme, en la que el propio literato reflexiona sobre sus orígenes.
Huérfano de padre, al que no conoció, Camus creció en un ambiente familiar duro, lleno de dificultades y privaciones. Su familia menorquina tuvo que emigrar al Magreb para hallar una propiedad y riqueza que nunca encontraron. La raíz balear del autor nos conduce a la isla de la primera mitad del siglo XXI, que vivía una situación de extrema pobreza al acabar el comercio de cereales en el puerto de Maó y por las malas cosechas. A partir de 1830 miles de menorquines hubieron de emigrar hacia Argelia en busca de mejores condiciones de vida.
Por otra parte, cabe recordar que el padre del escritor murió a los 29 años víctima de la Primera Guerra Mundial. Así las cosas, fueron la madre y muy especialmente la abuela balear quienes forjaron su carácter.
De momento, no se han anunciado en Mallorca actividades alrededor de la figura del escritor. El Consell de Menorca, junto a Institut Menorquí d´Estudis y el Ramon Llull, sí organizará un programa de actividades en torno a su figura. Para empezar, el pregón de la Diada de Sant Antoni se inspirará en el Nobel.
Diario de Mallorca