Por: Jorge Campos el 16 octubre 2014 | Comentar
Los Estatutos de las Autonomías con dos lenguas reconocen la cooficialidad de las lenguas regionales junto a la lengua común de la nación, que según la Constitución, es el castellano o español. Como sucede en el de la Comunidad Valenciana que reconoce como lengua cooficial el valenciano, cuando, según los uniformizadores de la “unidad lingüística del catalán”, tendría que denominarse “catalán”, que es cómo se ha denominado, absurdamente y sin consultar al pueblo, a nuestro mallorquín, menorquín, e ibicenco, en el actual Estatuto balear.
“El nombre de la lengua no es importante”, decían y dicen. Pero ese fue el pistoletazo de salida para la posterior catalanización, subvencionada, de Baleares. A través de la lengua. A través del catalán.
Yo no soy filólogo, ni pretendo enseñar a nadie, pero en la Fundación Círculo Balear desde hace más de 10 años, contamos con filólogos y lingüistas titulados que realizan interesantes trabajos al respecto, que no caen en la dictadura normativista del catalán estándar, por ser ésta contraria a nuestra identidad lingüística y a nuestra verdadera historia. Sólo queremos apoyar una manera de escribir utilizando nuestras palabras, dichos y giros. Así, trasladamos a las autoridades las reivindicaciones de una importante parte de la población que no acepta las imposiciones catalanistas que provocan la pérdida de nuestra auténtica forma de hablar, que hemos recibido de nuestros antepasados.
Los catalanistas no entienden que para que los mallorquines, menorquines e ibicencos apreciemos la lengua, primero tenemos que sentirla como nuestra, y nosotros sentimos el catalán como una lengua hermana, no como la madre de la lengua balear. Por eso reivindicamos que en Baleares se hable y escriba empleando todas las palabras mallorquinas, menorquinas, e ibicencas posibles, para que se escuchen, reconozcan y respeten.
Nuestras “modalidades insulares” tienen suficiente entidad desde el punto de vista histórico, filológico, lingüístico y cultural como para no tener que estar sometidas a un catalán estándar que, precisamente, acaba con la protección que en teoría exige nuestro estatuto de autonomía en su artículo 35. Queremos que los niños de Baleares puedan aprender la lengua y la historia de Baleares sin manipulaciones ni tergiversaciones pancatalanistas.
Como dijo el escritor mallorquín Llorenç Villalonga: “Estamos convencidos de que nuestra identidad no peligra frente al castellano ni el inglés, pero sí frente al catalán”.
Vía mallorcadiario