El estadi Lluís Companys tuvo ayer un tercio de entrada para ver el gran momento de la soberanía futbolística catalana. Su selección nacional se enfrentaba a Cabo Verde a la que ganó con desahogo (4-1). Para el año que viene ya deben estar haciéndose gestiones con Guinea Ecuatorial o cualquier otra potencia análoga. De un aforo de más de 56.000 espectadores se registraron 20.700, a pesar de que había precios políticos y era gratis para los niños.
La Vanguardia no da referencia del acontecimiento en su portada, aunque sí en la segunda página de la sección Deportes con el titular “Catalunya grita victoria”. Ayer hubo 15.800 espectadores menos que en el partido de 2011 frente a Túnez. En el de hace un año, frente a Nigeria, habían bajado en 6.534 espectadores. Donde se aprecia una tasa de deserciones uniforme en las tres últimas convocatorias. Con decir que ayer no fue ni siquiera Artur Mas,
está todo dicho
está todo dicho
En ningún partido de la liga española, y no la de Merimée, registra el Camp Nou una entrada tan baja para ver al Barça, no sé, frente al Valladolid, el Rayo o el Betis, pongamos por caso. Es bastante lógico. Ayer contaba en mi columna que “la selección catalana que hoy juega con Cabo Verde, es como el Barcelona, pero sin Messi, Neymar, Pedrito, Iniesta, Alexis, Alves, Adriano, Mascherano, ni Pinto. No diré más”. Toda Catalunya es menos que el Barça. Quizá por eso, el presidente del Barcelona tampoco se molestó en ir al partido.
Hay formas de verlo más épicas. Vean esta foto de El Periódico, desparramada por dos páginas:
El Periódico daba la cifra de asistentes, 20.700, pero no hacía la menor comparación con otros años, no se mentaba que las entradas eran gratis para niños, muy baratas para adultos y que, con todo solo se ocupó el 36,96% del aforo, aproximadamente el mismo porcentaje del censo electoral de Cataluña que aprobó el Estatut de 2006. Se recreaba, sí, en la épica de la remontada, porque el primer gol, a los 11 minutos, lo marcó Cabo Verde, lo que llevó a Luigi a gritar en la Argos: “Cabo Verde ens roba!”
Es una metáfora ejemplar de la Cataluña que pretende Mas, que tenía ayer en El País el siguiente titular: “Mas se ofrece como ‘aliado’ de España si Rajoy autoriza la consulta catalana”. Al Lobo debió de recordarle la secuencia de Annie Hall en la que Alvy Singer niño va con su madre al médico (El universo se expande):
-Niño, díselo al Doctor.-Quiero la independencia de Cataluña para aliarme con España-¿Ve, doctor, como mi hijo no es normal?
Eso ya lo habían vivido antes los vascos. Cuando Ibarretxe, otro quimérico inquilino, como Artur Mas, pero en versión intelectual, propuso la creación de un Estado Asociado en 2002. Radio Euskadi, la de casa, entrevistó Atlántico a través a un catedrático de la Universidad de Puerto Rico para preguntarle cómo veía él el tema. El hombre, con cierta perplejidad, respondió:
“Sería la primera vez en la historia que de la ruptura de un estado unitario salen dos estados que se asocian”.
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