Aquí tienen cinco titulares de portada de periódicos del día en que el Parlamento de Cataluña va a votar el delirio de Artur Mas, el tipo más cenizo de la política española que tenemos edad para recordar. Parece que le haya mirado un tuerto, dicho sea sin ánimo de señalar, naturalmente.
No era fácil quitarle el protagonismo a Bárcenas y él lo ha conseguido, como puede verse
en las portadas de ABC, El Mundo, El País, La Razón y La Vanguardia. Hace mucho tiempo que nadie conseguía tal unanimidad en titulares.
Como saben, ayer, CDC de Barcelona aprobó una declaración en la que culpa a Duran i Lleida de los malos resultados de CiU el 25-N. Ahí, las cosas como son, la portavoz de Unió ha estado muy oportuna al escribir en su cuenta de Twitter: “Más valdría que se preocuparan por el embargo de su sede”. Tampoco habría estado mal que ya, aprovechando el viaje, la portavoz Marta Llorens, hubiera piado otro tuit sobre el caso Pallerols.
Sobre Cataluña ya no se puede hacer ninguna previsión. Una comunidad que se ha dado por presidente a Mas es capaz de cualquier cosa: pero no parece probable que el peligro que aletea en titulares, vaya a sustanciarse en la votación de hoy. Ayer por la tarde, el secretario general de Unió, Josep Maria Pelegrí, retó a su socio a que revise el acuerdo de federación, si le disgusta.
No es una declaración que anuncie una ruptura. Compárenla con la de Artur Mas cuando Maragall le mentó en sede parlamentaria el 3%: “Usted acaba de mandar la legislatura a hacer puñetas”. Si le deja la iniciativa de la ruptura, ésta no se va a producir. Además, en el caso de que los trece de ese Pizarro catalán que es Duran i Lleida votaran que no y precipitaran la ruptura, las posibilidades de éste de pintar algo en el futuro del naufragio serían muy próximas a cero, dados los valores soberanistas dominantes en el nacionalismo catalán.
Es muy curioso el fenómeno: cuanto más se radicalizan los nacionalistas periféricos, más españoles parecen. A la vista de las noticias del día es preciso recordar el estrambote de Cervantes en el soneto: “Al túmulo del Rey Felipe II en Sevilla”:
Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.