miércoles, 1 de febrero de 2012

Catalonia: prohiben las corridas de toros, pero permiten los crueles correbous

Barcelona ha prohibido las corridas de toros por una simple pulsión antiespañola. Hay un sector de la población que de forma errónea identifica a los toros con España. Si conocieran las historia de Cataluña desde tiempos de los griegos o si conocieran las decenas de corridas que organizan los aficionados del Sur de Francia (lo que algunos catalanes llaman pomposamente la Cataluña Norte, cuando Sarkozy no está presente) o si conocieran la historia de los toros en Cataluña mismo, no pensarían tales cosas.

Precisamente las obras de Picasso  que con tan avaricioso afán muestran en el Museo Picasso de Barcelona están basadas en la taruromaquia que el pintor malagueño disfrutaba en esas mismas plazas del Sur de Francia, ya que no podía entrar en España.
La prueba de que las corridas se han prohibido por motivaciones espúreas de los políticos nacionalistas es que no se atreven a prohibir los correbous, una práctica infintamente más cruel y arraigada en toda Catalonia.
Vean este reportaje de El País. Para echarse a temblar.



CiU da vía libre a los 'correbous'

La Generalitat eliminará las exigencias a los municipios para celebrar el festejo

“Es una locura”, denuncian las entidades a favor de los animales



 Tarragona 

Bou embolat en Campredó en las fiestas de Sant Joan del año pasado. / JOSEP LLUÍS SELLART



 Convergència i Unió, partido que se sumó a la prohibición de las corridas de toros para “evitar el sufrimiento del animal”, pretende ahora abrir la veda de los correbous aligerando las condiciones para celebrarlos y dejando de castigar algunas prácticas hasta ahora denunciables de los actos taurinos.
El Gobierno catalán ya ha entregado a los demás grupos políticos del Parlament la propuesta del nuevo reglamento que desplegará la ley de blindaje de los correbous. El texto saldrá a exposición pública en breve y en él CiU no fija ningún límite de tiempo para acreditar la tradicionalidad de un correbous en un municipio. Así, una localidad podrá recuperar un correbous o ampliar su calendario de actos taurinos si demuestra que a lo largo de la historia ha organizado alguno, sea hace 50 años o 500. Este aspecto choca frontalmente con las pautas que estaban establecidas: hasta ahora el máximo para acreditar la tradicionalidad de un correbous era de 60 años.
En la actualidad, en el anexo de la ley se incluye el listado de municipios actualizados en los que se realizan este tipo de fastos: son 26 localidades de las comarcas del Ebro, dos de la Cataluña central (Cardona y Santpedor) y cuatro municipios de Girona, además de Badalona y Vilanova y la Geltrú. La propuesta de reglamento de CiU también incluye poder autorizar encierros “cuando aunque no estén en el listado, se pueda demostrar que esta fiesta se ha celebrado tradicionalmente en ese municipio”.

La Generalitat avala que los toros estén más tiempo con las astas en llamas
“Es una locura, al final se podrán celebrar correbous hasta en Barcelona”, se queja Aïda Gascón, portavoz de la ONG Anima Naturalis.
La supresión del límite de 60 años para demostrar la tradicionalidad del festejo ya ha sido anunciada por el delegado de la Generalitat en las comarcas del Ebro, Xavier Pallarès. Los organizadores del acto y el Ayuntamiento deben presentar a las delegaciones de la Generalitat pruebas que acrediten algún correbou en el pasado. En última estancia, cada delegado de la Generalitat deberá dar luz verde o no a los festejos. Según Pallarès este criterio de tradicionalidad “será el punto más caliente” del reglamento y el que más “debate” suscitará.
La posición de CiU en este aspecto ya viene siendo mucho más permisiva que en tiempos del tripartito: Pallarès autorizó un encierro en Campredó (Tortosa) en Sant Joan del año pasado cuando la localidad demostró que el último correbou se había celebrado en la década de 1950. También en junio de 2011, y después de 25 años, la Generalitat permitió actos taurinos en L’Aldea (Baix Ebre). Además, en diciembre Pallarès autorizó cuatro encierros en Camarles (Baix Ebre) durante las fiestas de la independencia del municipio respecto a Tortosa.

Fechas clave

 Durante 2010 se impulsa una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), amparada por 180.000 firmas, para abolir la lidia en Cataluña.
 El 28 de julio del 2010 el Parlament prohíbe las corridas de toros.
En agosto del 2010 los protaurinos anuncian movilizaciones si no se preservan los correbous, muy populares en el sur de Tarragona.
El 22 de septiembre del mismo año el Parlament blinda los correbous.
La ley fija un código de buenas prácticas. Establece sanciones de hasta 60.000 euros por infracciones muy graves y la necesidad de contar con servicios sanitarios y veterinarios durante los encierros.
En febrero del 2012 se prevé que pase a exposición pública el decreto que desplegará la ley de los correbous.

El anterior delegado de la Generalitat en las comarcas del Ebro, Lluís Salvadó (ERC), en cambio, tumbó a Camarles la misma petición en 2010. “La ley de los correbous no significa barra libre para todo el mundo, es de cajón que dos encierros en 30 años no significan ningún tipo de tradición”, alegó entonces Salvadó para ira de los protaurinos.
En el proyecto de reglamento de CiU se sigue manteniendo el criterio de excepcionalidad para ampliar aún más las fechas de correbous. Según el documento, podrán solicitarlo una vez al año los municipios donde ya se celebran actos taurinos y los encierros durarán dos días.
La propuesta de la Generalitat también incluye restricciones para frenar futuras denuncias por maltrato del animal. Es el caso del bou embolat, modalidad en la que se adhieren breas en llamas en las astas del toro. Según los veterinarios, es una de las prácticas más dañinas para la salud del animal por el estrés grave que le causa. Aun así, nadie podrá presentar ninguna querella si las bolas de fuego vuelven a arder después de los 15 minutos del inicio del espectáculo, siempre que el veterinario acredite que el fuego ha rebrotado por causas naturales o ajenas a los organizadores.
“Era una de nuestras peticiones; la Generalitat nos ha escuchado en todo momento, el reglamento está muy bien interpretado y recoge nuestros sentimientos, nosotros defendemos las tradiciones y las personas”, dice Miquel Ferré, presidente de las Peñas Taurinas de las comarcas del Ebro y concejal de CiU en Sant Carles de la Ràpita (Montsià).
Los defensores de los animales se quejan de la opacidad que envuelve al reglamento. “La ILP para prohibir las corridas de toros fue un proceso transparente, hubo debate y nos dejaron participar en él, pero en el caso de los correbous todo es opaco”, explica Gascón.
Entre el mes de mayo y diciembre de 2011 se autorizaron 208 jornadas de actos taurinos en 28 núcleos de población del Ebro. Los defensores de los animales presentaron siete denuncias, y la ONG Anima Naturalis prepara otras tres. Algunas demandas incluyen infracciones calificadas como muy graves, con multas que suman hasta 600.000 euros. Es el caso de un encierro en Amposta en el que Anima Naturalis grabó deficiencias en la seguridad de la plaza y maltrato a los animales.
La Generalitat quiere implantar el reglamento esta primavera, con la nueva temporada de correbous. Los taurinos piden, además, que se rebajen los costes de veterinarios y otras exigencias establecidas para celebrar un correbou.