sábado, 7 de febrero de 2009

Los arrinconados, Fernando Bertazioli



He escrito tantas veces sobre los deseos de los vecinos de Eivissa y, de Dalt Vila en particular, la mayoría de los cuales han sido arrinconados... pero estoy seguro que algunos han sido guardados en un cajón, de donde un buen día tendrán que sacarlos si no quieren, los que nos administran, que la Eivissa que nosotros queremos muera irremediablemente.
Pero hoy voy a escribir sobre una muerte anunciada, el Museo Arqueológico, pero también unos personajes fallecidos, salvo uno, y que estan un tanto olvidados. Estos son: Juan Roman Calvet, Antonio Planas Palau, Eduardo Posadas López, José Manuel Barral Sánchez y Celia Topp.
Juan Román Calvet. Fue el padre de la arqueología ibicenca que gracias a su dedicación, empeño, fortuna y sobre todo generosidad, dio al pueblo de Ibiza, su tesoro más preciado, más envidiado: el mundo púnico. Fue para albergar todos estos restos arqueológicos que se creo el Museo de Dalt Vila, que ahora que, por fin el Castillo se transformará en Parador Nacional, sería una idiotez que se cerrase este museo, situado a las puertas de dicho Parador. Este cierre sería una afrenta a este filántropo y si añadimos que la mayoría de los empleados municipales no saben quien fue este señor, yo propondría que la calle Juan Román (donde yo vivo) recuperase su antiguo nombre de calle de los Canapés (como he descubierto que se llamaba en viejas escrituras de mi casa y que figuraba en ella con el número 24, ignorando donde se iniciaba esta numeración, cuando en la actualidad es el número 9).
Así quitando su nombre a la calle donde tenía su casa, la ingratitud municipal para este gran hombre seria total. Pero si no quieren cambiar el nombre de la calle, tanto el Consell como el Ayuntamiento tendrían que salvaguardar y que fuese visitable el yacimiento hallado lindante con esta calle hay con la antigua calle de los Judios. Sería un gran tributo que esta joya situada en el corazón de nuestra vieja ciudad, Patrimonio de la Humanidad, se daría a Juan Román Calvet.
Antonio Planas Palau. Este sacerdote que creo que tuvo a su cargo la iglesia del Hospitalet (¡quién te ha visto y que te ve!) era un gran numismático: monedas, puntas de flecha, pesos, proyectiles para hondas, todos restos metálicos púnicos.
En colaboración con una arqueóloga francesa de gran valía, Josette Elayi escribió «Les pointes de flèches en bronze d´Ibiza, dans le cadre de la colonisation phénico-punique». Un libro en francés de más de 350 páginas, editado en París en 1995, y que demostraba que la fundación de Ebusus en el año 654 antes de Cristo, tal como se repite, fue muy anterior y por los restos de puntas de flecha idénticas a las halladas en Eivissa, por el sur de la Península, en Francia, Italia, Grecia, Turquía, Palestina, Mesopotamia etc habría que recular esta fundación más bien conquista, por lo menos doscientos años atrás o sea 800 a 900 años antes de Cristo. Sería interesante que este libro pudiese ser comprado en Eivissa ¿donde están?
Eduardo Posadas López. Antiguo militar fue premiado por el Diario de Ibiza por su valiosa contribución a la historia de las fortificaciones de Ibiza y Formentera (también hizo uno sobre las fortificaciones marítimas de la provincia de Granada -era nativo de Motril, donde falleció-). Escribió varios libros, no recuerdo si fueron cinco o seis y numerosos artículos sobre estos temas, así como un Plan Director para las Murallas.
Ha aportado mucho para el conocimiento de nuestra historia, pero también tengo que decir que sus libros han servido para que se aprovechasen de ellos, sin mencionarlo, como si fuese cosecha propia a algunos listillos con pocos escrúpulos.
José Manuel Barral Sánchez. De toda la galería que ilustra mi artículo, creo que él aún vive, en Canarias, lejos de esta Ibiza que no lo apreció a su justo valor. No sé cuantas carreras tenía: abogado, historiador, orientalista, escritor, poeta. Una enciclopedia viva. Era fascinante escucharlo con sus relatos y poesías medievales. De Estambul trajo varios mapas hechos por el almirante otomano Peri-Reis el cual cartografió todas las costas mediterráneas y entre estas las islas de Ibiza y Formentera, con uno muy detallado de 1526, al igual que una carta náutica turca del siglo XV. Hay que esperar a 1555 para que Juan Bautista Calvi, el proyector de nuestras murallas, dibujase un mapa comparable al de Peri-Reis.
Celia Topp. Una gran señora inglesa afincada en San Carlos en los últimos años de su vida, donde daba clases gratuitas de inglés a los niños del pueblo. Pero fue sobre todo una arqueóloga que trabajó en muchos yacimientos en España y otros sitios. Fue gracias a ella que el monumento megalítico de Ca na Costa, en Formentera, pudo ser fechado en 1800 antes de Cristo, por los análisis que hizo hacer en el Museo Británico con Carbono 14. Un monumento funerario de corredor, pues entre sus grandes ortostatos había un pasaje por donde se penetraba a la cámara y desde donde el día del solsticio de invierno, creo recordar, el sol penetraba hasta el fondo de ella, para llevarse el espíritu de los muertos según el que fue ingeniero jefe de Puertos de Baleares, señor Soler -especialista en relojes solares- con las mediciones que hizo, pero siempre teniendo en cuenta el desplazamiento del norte magnético en estos cuarenta siglos entre la fundación del monumento y la época actual.Hasta aquí unas personas que nos han ayudado a conocer mejor nuestra historia, unas personas que nuestras autoridades tienen la obligación de conservar y respetar su recuerdo; y quizás un día hablaré de mi padre Carlos Bertazioli Riquer, muerto en el exilio, pero actualmente enterrado en el Cementerio Viejo de Vila.


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