III. LA COLONIZACION FENICIO-PUNICA EN IBIZA
Carlos Gómez Bellard
Universidad de Valencia
1. Introducción.
El punto de partida de la investigación actual sobre la Ibiza fenicia y púnica es sin
duda alguna el libro de M.Font y M.Tarradell "Eivissa cartaginesa", publicado en
Barcelona en 1975. En él se incorporaron, de manera sintética y ordenada, los
conocimientos existentes entonces sobre los distintos yacimientos, los materiales,etc...,
pero además se planteó por vez primera un estado de la cuestión, un acercamiento a
los problemas menos tratados o insuficientemente resueltos (la Edad del Bronce, la
cronología de la colonización,...) que permitió con posterioridad trazar nuevas líneas
de investigación. Se puede decir sin exageración alguna que en estos últimos quince
años se ha producido un notabilísimo incremento en nuestro conocimiento de la Ibiza
fenicio-púnica, gracias al incremento de las excavaciones rigurosas, a la
multiplicación de las intervenciones arqueológicas de urgencia, la atención y el
esfuerzo de numerosos estudiosos de diversos paises, y de un modo más genérico el
mayor interés de la opinión pública por los temas del Patrimonio y en nuestro caso de
los fenicios (recuérdese por ejemplo el caso de la magna exposición de Venecia en
1988). Todo ello se ha traducido, como era lógico esperar, en la aparición de gran
número de monografías y artículos. Nuestro propósito en estas breves notas es acercar
el lector interesado a los temas de mayor relevancia en ellos tratados y subrayar los
aportes más destacados a las cuestiones de la colonización en Occidente. De entrada
remitimos a los índices bibliográficos publicados por J.H.Fernández, Director del
Museo Arqueológico de Ibiza desde 1974 y un gran impulsor de la renovación de
estos estudios, que recogen de modo exhaustivo los trabajos arqueológicos sobre la
isla aparecidos hasta 1985 (Fernández, 1980; 1986; el índice de 1986-1992 está en
prensa).
2. Los materiales.
Podemos afirmar que buena parte del mejor conocimiento actual de la arqueología de
las antiguas Pitiusas (Ibiza y Formentera) se basa en la intensificación y
profundización en el estudio de su cultura material característica. En efecto, las
grandes series más representativas del mundo punico-ebusitano fueron dadas a
conocer ya desde las obras de J.Román y Calvet (1906) y especialmente de A.Vives y
Escudero (1917), ésta de mayor difusión internacional. Pero un acercamiento a esos
materiales con criterios científicos aceptables para nuestros niveles de exigencia no se
ha producido hasta fechas recientes, como podemos apreciar repasando los grandes
grupos más característicos.
a. La cerámica.
Partiendo una vez más de los trabajos pioneros de M.Font y M.Tarradell, quienes
iniciaron una tipología específica de la producción vascular ebusitana, hemos llegado
hoy a un conocimiento más que aceptable de las formas más frecuentes y difundidas,
de su cronología, de su funcionalidad. Destacan los estudios globales sobre las
colecciones conservadas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid
(Rodero,1980) o en diferentes museos de todo el país, desde Mallorca a Pontevedra
(véase por ejemplo: Font-Tarradell,1976; Guerrero,1984; San Nicolás,1985;
Vento,1985), consecuencia de la dispersión de numerosas colecciones ebusitanas a lo
largo del siglo (una buena y amena historia de estos avatares puede verse en
Tarradell,1975). Pero también son abundantes los estudios más breves dedicados a
conjuntos o tipos concretos dentro de estos repertorios, como ampollas y anforillas
(Ramón,1982;1985a), oinokoi (Gómez Bellard,1982), las imitaciones de la
produciones de barniz negro (Fernández-Granados,1979; Guerrero,1980), la cerámica
de cocina (Gómez Bellard-Gurrea,1985), por citar sólo algunos de los trabajos más
destacados o que han conocido mayor difusión. Mención especial merece el estudio
global de J. Ramón Torres sobre la producción anfórica punico-ebusitana (1981;
reedición muy ampliada en 1991), que estableció una tipología clara y práctica para
los envases contenedores de vino (?) y aceite exportados masivamente desde Ibiza a
todo el Mediterráneo occidental, sobre todo entre los siglos III a.J.C. y I d.J.C.. Ha
resultado ser un trabajo fundamental que ha permitido valorar el empuje de la
economía agraria de la isla y el dinamismo de sus comerciantes, y al mismo tiempo ha
proporcionado a los investigadores del mundo indígena del Este peninsular un
precioso elemento de valoración cronológica y cultural.
b. La coroplastia: sin duda alguna los varios miles de terracotas conocidas hoy de
Ibiza constituyen un valiosísimo conjunto con escasos parangones en otros lugares
clásicos del mundo púnico. Despertaron el interés de los investigadores desde los
inicios de la arqueología isleña, ya que la primera terracota fue descubierta en 1896, y
se han sucedido a lo largo del tiempo notables estudios parciales a cargo de
prestigiosos especialistas como J.Corominas, M.Tarradell, E.Kukhan y sobre todo
A.M Bisi. Pero hubo que esperar hasta la aparición del "Corpus de las terracotas de
Ibiza" (Almagro Gorbea,1980) para disponer de una visión global y de un inventario
casi completo de estas peculiares manifestaciones de la religiosidad púnica. Más
recientemente, P.San Nicolás ha coronado sus numerosos trabajos sobre el mismo
tema con la publicación de otro extenso estudio (1987) en el que se profundiza en
aspectos críticos de tipología, funcionalidad,etc...
c. La orfebrería: sin llegar a alcanzar la riqueza de Cartago o de Tharros, por ejemplo,
las joyas ebusitanas constituyen un atractivo y apreciable conjunto dentro de la
orfebrería pre-romana de nuestro país. A pesar de ello han suscitado pocas
publicaciones aún, aunque destacaríamos algún trabajo aislado de P.San Nicolás
(1986) y sobre todo el primer acercamiento de conjunto a la cuestión, la síntesis de
Mateu Prats (1984) que incluye interesantes aspectos etnológicos y antecede a un
corpus definitivo todavía inédito aunque prácticamente ultimado. Mejor suerte han
tenido los escarabeos, esos pequeños entalles de pasta, diaspro o cornalina que
montados en anillos o como colgantes, constituyen uno de los amuletos preferidos del
mundo púnico. Los dos lotes de Ibiza más numerosos, que se conservan en el Museo
Arqueológico de Ibiza y en Museo Arqueológico Nacional, han sido estudiados en
profundidad por J.Fernández-J.Padró (1982) y J.Boardman (1984) respectivamente,
aportando interesantes datos sobre la iconografía y las creencias religiosas.
La Colonización Fenicio-Púnica en Ibiza
Para terminar este apartado con otro conjunto muy característico, cabe mencionar la
publicación parcial de las navajas de afeitar de bronce en el libro clásico de
E.Acquaro (1971), estudio que está completandose en este momento y que nos
permitirá disponer de un corpus en breve plazo de tiempo.
Podríamos alargar esta enumeración considerablemente, refiriéndonos a los trabajos
sobre numismática, objetos de pasta vítrea, instrumentos de hierro,etc.., algunos de
ellos en vías de realización. Pero preferimos resaltar que no sólo ha habido un interés
por las colecciones de materiales conservados en los museos. Recae en J.H.Fernández
el mérito de haber demostrado que las antiguas excavaciones en Ibiza, sobre todo las
del Puig des Molins, eran reestudiables con modernos criterios, ya que buena parte de
los ajuares de sus tumbas se podían recomponer. En contra de una idea muy
extendida (divulgada por ejemplo por A.García y Bellido), sí es posible conocer el
contenido de las tumbas excavadas a partir de los años 1920 (y en algunos casos en
campañas anteriores), diferenciar los ajuares y fechar las distintas fases de utilización,
aunque no lleguemos tal vez nunca a conocer la ubicación exacta de cada tumba en la
necrópolis. Y todo ello es factible gracias al estudio de los diarios de excavación,
manuscritos, inventarios de campaña, notas, dibujos, fotografías,..., conservados en
los archivos del M.A.I.. De esta manera, se ha podido reestudiar y publicar las
campañas de excavación de C.Román en el Puig des Molins entre 1921 y 1929
(Fernández, 1992) y las de J.M Mañá en 1946 (Gómez Bellard,1984) y 1949-1951
(Marí-Hachuel,1989). En un futuro próximo se hará lo mismo con las excavaciones
de principios de siglo y sobre todo con las pequeñas necrópolis rurales diseminadas
por la isla, cuyo estudio iniciaron Tarradell y Font al frente de un amplio equipo, y
sobre las cuáles hemos tenido ocasión de presentar un breve avance (Gómez
Bellard,1986).
Así pués estimamos que con el breve repaso, por supuesto incompleto, que hemos
ofrecido de las principales series, queda patente la idea que expresamos al principio:
que en estos años hemos llegado a disponer de los instrumentos fundamentales para
un conocimiento más completo y cualificado de la sociedad fenicio-púnica de la
Pitiusas.
Podemos pasar a ver ahora como se ha aprovechado de ello la investigación de
campo, y cómo se ha orientado, planificado y realizado ésta.
3. Las excavaciones.
Las prospecciones, cartas arqueológicas y excavaciones (programadas y de urgencia)
se han sucedido a lo largo de la década de los 80, afectando a aspectos funerarios,
religiosos y económicos principalmente, tanto en ámbito urbano como fuera de él.
Pero tal vez el aporte más destacado ha sido la comprobación del carácter fenicio
occidental de la primera colonización de la isla, y fecharlo claramente en el siglo VII
a.J.C.. Es ya un hecho incontrovertido que fueron fenicios procedentes de Andalucía
los que instalaron hacia el 650 a.J.C. una factoría al sur de la isla y poco después en la
bahía de Ibiza donde se encuentra todavía hoy la ciudad del mismo nombre. Por una
parte, las excavaciones realizadas desde 1986 en la península de Sa Caleta (término
de Sant Josep) han sacado a la luz una extensa factoría, de casi 4 ha, con numerosas
habitaciones rectangulares yuxtapuestas, que se fecharía a partir de sus materiales en
la segunda mitad del s.VII y se abandonaría a inicios del s.VI a.J.C.. Aunque sólo se
ha publicado un breve avance de los trabajos (Ramón,1991a), la importancia de este
yacimiento, así como de los nuevos datos conocidos en el Puig des Molins, es
extraordinaria para el conocimiento del proceso colonizador fenicio en Ibiza y por
extensión en las costas orientales peninsulares.
En la necrópolis urbana, conocida desde antiguo, las excavaciones de 1977 y sobre
todo de 1982-86 han permitido documentar la existencia de un área de enterramientos
arcaicos, todos ellos incineraciones fechables por el ajuar entre el 625 y el 575 a.J.C.,
que nos remiten también al ámbito cultural fenicio andaluz, si bien a partir del 575-
550 se observa una progresiva introducción de elementos que podemos ya denominar
púnicos, procedentes sobre todo de Cartago : inhumación en hipogeos, máscaras de
terracota, navajas de afeitar, huevos de avestruz,etc... Estos y otros materiales arcaicos
han sido dados a conocer ya in extenso y en diferentes ocasiones, por lo que no nos
extenderemos sobre ellos (Gómez Bellard et alii,1990; Costa et alii,1991; Gómez
Bellard,1991; en prensa). Terminaremos observando simplemente que a nuestro juicio
esta constituye una de las principales novedades en la arqueología fenicio-púnica de la
isla en la década de los 80 : la comprobación de la existencia de esa fase fenicia, y la
incorporación de la isla a los estudios sobre el gran movimiento colonizador del s.VII
a.J.C..
Pero ha habido otras preocupaciones, otros hallazgos, otras orientaciones, por
supuesto. Habiendo sido la arqueología ebusitana una arqueología funeraria durante
décadas, es natural que se haya procurado ampliar el campo de las investigaciones.
Así por ejemplo, en el aspecto cultual, se ha procedido al reestudio minucioso de los
principales santuarios isleños. En Illa Plana se ha llevado a cabo una campaña de
prospección electro-magnética en 1988 (inédita), para localizar las estructuras
excavadas a principios de siglo y programar nuevas intervenciones. Con anterioridad
el mismo equipo había realizado una investigación de los materiales clásicos del lugar
y ofrecido nuevas y sugerentes hipótesis (Hachuel-Marí,1988). Para la famosa cueva
de Es Cuieram, hay que destacar la realización de una limpieza general y de una
planimetría fidedigna ( por vez primera después de 75 años!) en 1981, que ha dado
pié a dos publicaciones de sumo interés para un mejor conocimiento del lugar
(Ramón,1982;1985a). M E.Aubet, por su parte, actualizó su fundamental monografía
sobre el yacimiento (Aubet,1982). Pero además se ha realizado una pequeña
excavación en Can Pis, desgraciadamente inédita, y se ha descubierto un posible
santuario en el Cap Llibrell (Sta.Eulalia), donde una primera campaña ha dado
resultados prometedores (Ramón,1988). Este yacimiento ha sido también tratado,
dada su ubicación estratégica, en un novedoso estudio sobre las torres de vigilancia en
la Ibiza púnica (Díes,1990).
Otro ámbito que ha atraído fuertemente el interés de los investigadores es el mundo
rural. Estos, empujados por las noticias de C.Román sobre sus hallazgos de los años
20 y animados por la prevista publicación de las necrópolis rurales, a las que ya
hemos hecho referencia, han excavado total o parcialmente tres lugares : Can Sorà
(1982-86), Can Corda (1986-88) y Can Fita (1988). Se trata en todos los casos de
explotaciones agrarias rurales destinadas en buena parte a la producción de aceite, al
menos en las fases más tardías de su existencia. La pervivencia de todas ellas en buen
uso, por lo general hasta finales del s.I d.J.C., con fuertes reestructuraciones en época
romana, han impedido que estos yacimientos nos aclararan como habían sido los
asentamientos extra-urbanos en época púnica clásica. Pero suponen un primer paso en
la investigación de esas cuestiones, por lo que la finalización de las excavaciones y su
publicación serán básicas para estudios posteriores. De momento se puede consultar
con provecho el avance dado a conocer sobre Can Sorà (Ramón,1984).
No podemos dejar de referirnos aquí a la arqueología de salvamento, a las numerosas
La Colonización Fenicio-Púnica en Ibiza
excavaciones de urgencia que se han llevado a cabo en estos años. La mayoría de las
intervenciones se han efectuado en la zona de expansión de la ciudad de Ibiza, y han
permitido localizar lo que se ha denominado el "barrio industrial" de la Ibiza púnica.
Se trata de un gran número de alfarerías que desde el s.VI a.J.C. hasta época romana
se alinean a lo largo de lo que hoy es la Avenida de España, al norte de la necrópolis,
y que permiten calibrar la importancia de esta producción en la vida urbana. El tipo de
excavación y las cantidades realmente asombrosas de materiales recuperados han
hecho que desafortunadamente estas excavaciones sigan prácticamente inéditas
todavía, y sólo dispongamos de unos breves avances, que no son suficientemente
ilustrativos (Fernández et alii,1983; Matamoros, 1989; Ramón, 1985,pp.71-73;
1991,pp.27-36).
En resumen podemos decir, de nuevo, que los años ochenta han supuesto para la
arqueología fencio-púnica de las Pitiusas una época de notables avances : mejor
conocimiento de los materiales y de la secuencia cronológica, acercamiento a la
estructura urbana de la ciudad de Ibiza, comprobación de la aparente inexistencia de
población indígena a la llegada de los fenicios, valoración de los elementos
religiosos... Y sin embargo tenemos que terminar este "tour d'horizon" con unas líneas
pesimistas. En 1987 el Govern Balear, que desde 1983 tiene las competencias
administrativas en materia de Arqueología, decidió paralizar las excavaciones
regulares, y destinar el ya pobre presupuesto a la realización de cartas arqueológicas
en todas las islas. Independientemente del interés indudable que tienen estas cartas y
de los estudios que generan (de momento sólo ha salido a la luz uno sobre
Formentera: González-Díes,1992), la medida ha sido muy perniciosa para el
desarrollo de la investigación : los equipos se han dispersado, muchos yacimientos
han quedado a medio excavar y sin protección, con la consiguiente degradación, la
fuente de nuevos conocimientos que las excavaciones venían siendo se ha secado,
etc... No parece que este panorama cambie en los próximos años, y el único camino
es volver a los almacenes de los museos, donde aún queda efectivamente mucho por
estudiar, así como reorganizar los planes de investigación orientándolos hacia la
realización de prospecciones sistemáticas e intensivas, como varios investigadores de
las islas estamos haciendo en la actualidad.
A pesar de todo, el balance final es por ahora positivo, y el impulso que han tomado
los estudios fencio-púnicos en todas las Baleares es, creemos, imparable. Aguardemos
unos años y lo comprobaremos.
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