martes, 20 de enero de 2009

El origen del español

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¿Cuál es el origen del español?

Más que una simple sucesión de hechos, el origen del español es un relato apasionante, de hecho, quizás ninguna lengua en el mundo posea una historia tan rica y con tantos matices.
La historia se inicia con los pueblos que habitaban España antes de la llegada de los romanos. Allí vivían iberos, celtas, lusitanos, ástures y cántabros, vascones, carpetanos y vetones, contestanos y túrdulos; cada uno con su propia lengua.
De estas lenguas, sobre todo del celta, hemos heredado palabras como bruja, arroyo, becerro, izquierdo, camisa, carro, cerveza, sapo, perro, gorra, lanza, barro, gordo, pizarra, morcilla y muñeca.

Para esa misma época, la península era muy visitada por los griegos, cuya lengua se hablaba en las factorías o instalaciones portuarias que levantaron en España a partir del siglo VII a.C.
Estos ilustres comerciantes nos dejaron un enorme patrimonio de palabras. Son de origen griego: botica, cítara, cristal, historia y poesía, ángel y diablo, cronología y sismógrafo, y como una peculiaridad nos dejaron la palabra cielo, pero no registran el vocablo "infierno".

Luego vendrían los siglos de la influencia de los romanos, quienes a partir del año 218 a.C. dominaron completamente la península, a la que llamaron Hispania. Los romanos también trajeron su lengua: el latín, que se convertirá en el germen de donde saldría el castellano.
No obstante, el latín que llega a España no es el "sermo urbanus", o lengua culta que manejaban poetas e historiadores, es el "sermo rusticus", la áspera habla de los conquistadores y soldados, la que se impone como lengua de uso.
Ese latín de Hispania también estuvo marcado desde el inicio por la influencia de las lenguas prerromanas, ya que muchos de los que hablaban la lengua de Roma no habían podido borrar de su pronunciación la huella de los idiomas indígenas originales.
En conclusión, el español y las demás lenguas romances no proceden del latín empleado por los supremos artífices del lenguaje, sino del latín de la gente corriente, el latín hablado en las casas, en las calles, en los campos, en los talleres, en los cuarteles.
La influencia romana se tambalea a partir del año 410, cuando su capital fue saqueada por Alarico, rey de los visigodos, señalando el comienzo del fin del imperio, abatido por los pueblos de origen germánico.
Luego llegaron a España los vándalos, junto a alanos y suevos; finalmente, a comienzos del siglo VI, los visigodos ocuparon prácticamente toda la península, fijaron su capital en Toledo y acabaron por romper todo lazo con Roma.
Estos pueblos germánicos también aportaron al desarrollo del español, estas influencias se dividen en dos grupos: "el de la guerra y el de la paz".
Guerra, orgullo y ufano son voces germánicas, al igual que ganar, robar, espía, heraldo, estribo, botín, tregua y bandido, todas del "grupo de la guerra".
En el "grupo de la paz" quedaron fieltro, cofia, falda, atavío, sopa, rueda y aspa, blanco, gris y compañía, palabras cuyo uso se hizo imprescindible porque designaban objetos que no pertenecían a la cultura romana.
También nos dejaron nombres propios como Alvaro, Fernando, Rodrigo, Rosendo, Ildefonso y Elvira, todos de origen germánico.

Después vendría la caída de los visigodos, cuyo último rey, Rodrigo, fue derrotado por los árabes en el año 711. A partir de ese momento, la influencia árabe marcaría durante siglos el desarrollo de España, sobre todo del español, en el cual existen cuatro mil arabismos, o vocablos de origen árabe.
Entre los arabismos se incluyen golosinas (almíbar, alcorza, alfajor, alfeñique), pero también "grandes palabras": álgebra, cero, cifra, algoritmo y guarismo; de igual origen son ajedrez, alfil, jaque y mate, alquimia, cenit, nadir, acimut, azogue y alambique. Los nombres de flores como azahar, alhelí, jazmín, azucena y amapola; de frutas: albaricoque, sandía, limón, naranja y toronja, también son de ascendencia árabe.
Entre tanto, los reinos españoles emprendían la reconquista de sus territorios, y poco a poco, a través de guerras y alianzas, se fue extendiendo la hegemonía de Castilla sobre los demás.
En esa época, y para ser exactos, el castellano no era más que un pequeño dialecto arrinconado en la parte norte de España, pero paulatinamente, a medida que Castilla y León comenzaba a expandir su dominio político hasta lograr la expulsión de los árabes, así se iba extendiendo lo que los linguistas denominan la "cuña castellana", una especie de español primitivo, que finalmente daría origen a lo que nosotros conocemos como español. El castellano, por así decirlo, se salió de su lugar y se derramó por España, primero, y después del descubrimiento de América, ya convertido en español, se ubica como una de las lenguas más importantes del mundo.

¿Cuáles son los primeros textos escritos en español?

Los primeros registros escritos del castellano, o español, son las llamadas "glosas" de San Millán y de Silos. Se les llama glosas porque son anotaciones escritas al margen de manuscritos. El manuscrito de San Millán contiene homilías o sermones de San Agustín, y el de Silos una especie de "recetario" de penitencias, ambos estaban escritos en latín. El hecho es que alguien, probablemente un estudiante de latín, explicó (glosó) el significado de algunas partes del texto original y, lo más importante, es que esas glosas las escribió en una lengua distinta: el romance, o sea una especie de castellano antiguo. Estas glosas también se conocen como emilianenses (Millán) y silenses (Silos) y datan aproximadamente del siglo XII.


¿Qué dicen esas glosas?

El mensaje es fundamentalmente religioso, pero como ejemplo casi siempre se cita este pasaje de las glosas emilianenses, donde el glosador se extendió más allá de lo que decía el manuscrito original:
"...cono adjutorio de nuestro dueno, dueno Christo, dueno Salbatore, qual dueno yet ena honore, e qual duenno ténet ela mandatjone cono Patre, cono Spíritu Sancto, enos siéculos delosiéculos. Fácanos Deus omnipote(n)s tal serbitjo fere ke denante ela sua face gaudioso segamus. Amén."
Cuya traducción sería: "...con el auxilio de nuestro señor, el señor Cristo, el señor Salvador, el cual señor está en el honor, y el cual señor tiene el imperio con el Padre y con el Espíritu Santo en los siglos de los siglos. Háganos Dios omnipotente tal servicio hacer, que delante de su faz gozosos seamos. Amén".

¿A qué se le llama Romania?

Primero se le llamaba Romania a la porción del imperio romano en que predominó el latín como lengua. La Romania actual comprende cinco naciones europeas (Portugal, España, Francia, Italia y Rumania) y pedazos de otras dos (Bélgica y Suiza). La disciplina moderna que estudia la evolución del latín en esas regiones se llama Filología románica.
¿Con qué obra se inicia la literatura en castellano?
Con el Cantar de Mio Cid, donde se cuentan, entre otras cosas, las luchas de Castilla contra leoneses y aragoneses por un lado, y contra los almorávides por otro, destacando la figura de Ruy Díaz, el Cid Campeador. El texto, que data aproximadamente de 1140, es más cercano al español actual.



Vía Blog de Sebastián Urbina, Apuntes de actualidad

El idioma español en la Wikipedia.

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